Las heridas que provocó el estallido de la burbuja siguen doliendo y, aun así, muchos son los que creen que se está generando un nuevo boom. Una teoría que está muy lejos de la realidad. Se están firmando un 22% de las hipotecas que entonces, el m2 de suelo cuesta la mitad, la deuda de las familias sigue bajando, el precio de la vivienda sube a un ritmo más contenido, se conceden 16 veces menos licencias de obra nueva y el esfuerzo financiero para adquirir un piso es muy inferior. Además, el alquiler se ha convertido en una alternativa real para quienes buscan casa.