Cinco arreglos domésticos que cualquier manitas puede hacer

Todos tenemos un don, lo que pasa que algunas no tenemos el de arreglar pequeños desaguisados en casa más allá de cambiar una bombilla. Colgar cuadros relativamente grandes, poner baldas, tapar agujeros… Si el 'do it yourself' (DIY) es lo tuyo, sigue leyendo. Y si no te has atrevido nunca, pero crees que tienes maña, anímate: verás que tampoco es tan difícil como pensabas.

Colgar cuadros grandes

Si son pequeños, quién más quién menos maneja los cuelgafáciles pero, ¿qué hacer cuando son grandes? En este caso necesitarás de taladro, broca y taco. Con ayuda de otra persona coloca el cuadro a la altura deseada y marca suavemente con un lápiz: coteja que el cuadro esté centrado bien tomando como referencia las distancias laterales. Después, haz un taladro en las marcas con la broca e inserta el taco. Atornilla a él una escarpia para colgar el cuadro.

Si tu pared es lisa (lo anterior era válido para las de gotelé), la instalación será infinitamente más sencilla y sin necesidad de hacer agujeros: puedes usar una buena cinta adhesiva de doble cara. Cómprala extrafuerte y listo.

Pared con grietas

Si tienes gotelé se disimularán más (de hecho, esa era en origen su función) pero si la pared es lisa… ahí sí que se notará. Las grietas deben sellarse: tendrás que ensancharlas con una espátula. Después, pulveriza con agua y rellena con masilla instantánea. Tendrás que esperar que seque y después, simplemente lija para igualar. Y pared nueva.

¿Hay agujeros de otros adornos que ya no están? Es fácil hacerlos desaparecer: utiliza masilla de relleno y ponla con aplicador. Te servirá para cubrir todos esos pequeños agujeros.

¿Hay que poner cortina en la bañera?

La operación puede aparecer aparatosa pero no es para tanto. Primero, mide la altura a la que quieres colocarla y marca dónde irán los soportes, sea en la pared o en el techo. Utiliza una broca de 5 mm para los agujeros, pon los tacos de las mismas dimensiones y cuelga la barra.

El grifo que gotea

Puede ser una de las cosas que más ponen nerviosos: el goteo de un grifo. Si no quieres tirar de fontanero y que tu bolsillo se quede temblando, puedes remangarte y arreglarlo tú. Lo primero: corta la llave de paso del agua, primordial. Desmonta el grifo fijándote bien en qué orden están puestas las piezas (sobre todo para que luego no te sobren piezas y sea peor el remedio que la enfermedad). Quita el embellecedor del grifo con la llave que corresponda. Si el grifo tiene dos llaves, una para caliente y otra para fría, tienes que quitar todo y cambiar la junta de caucho desgastada que genera el goteo y poner otra nueva de la misma medida. Si tienes un grifo monomando te tocará cambiar el cartucho completo. Una vez reparada la pieza toca volver a montar el grifo poniendo todo en su sitio.

Puerta del salón que roza en el suelo

Esto también es de lo más común: la puerta está arañando y dañando el parquet. Para solventar el problema tendrás que rebajarla. La solución pasa por fijar un papel abrasivo de grano grueso en la zona de roce, con la parte granulada hacia arriba. Abre y cierra la puerta sucesivas veces hasta que notes el canto desgastado.