
Si sobrevolamos México, en las ciudades de Querétaro, Monterrey o Ecatepec nos encontramos con un paisaje que parece sacado de una película distópica: kilómetros de viviendas sociales inutilizadas, una junto a otra, que crean una imagen desoladora. Hay barrios con edificios iguales que albergan millones de casas vacías.

La creación de viviendas destinadas a personas con bajos recursos tuvo un crecimiento exponencial durante el Gobierno de Fox y el de su sucesor, Felipe Calderón. A través de créditos del Instituto del Fondo Nacional de la vivienda para los Trabajadores (Infonavit), los ciudadanos podían adquirir una casa en zonas destinadas exclusivamente a este tipo de inmuebles.
Pero llegaron los problemas de pago y miles de trabajadores no pudieron afrontar las cuotas de dichos créditos. El desarrollo que se dio en algunos sectores de la economía no se vio acompañado por un aumento real de los salarios. D hecho, de los cinco millones de créditos otorgados, cuatro millones seguían un esquema de salario mínimo, y cada vez que este aumentaba, también lo hacían los precios y el crédito. Este crecimiento descompensado provocó que las deudas se volvieran impagables para muchas familias.

Se trata de largas extensiones de edificios construidos principalmente entre 2001 y 2012. Pero los bloques de viviendas se crearon sin ninguna regla de calidad urbana. El director actual de Infonavit, Carlos Martínez, ha admitido los errores que se cometieron en el proyecto: "Se construyeron desarrollos a diestro y siniestro en muchos lugares donde ni siquiera había servicios públicos; había promesas, pero al final nunca llegaron. Son desarrollos alejados de los centros urbanos, sin transporte público cerca, inhabitables, que aun así se colocaron a través de créditos del Infonavit”

La crisis laboral ha dejado como huella estos barrios de casas abandonadas que impresionan a quien los visita, con la sensación de recorrer las calles de una ciudad fantasma.
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