Solo se ha explorado el 5% del fondo oceánico: no es extraño pues que sirenas, pulpos gigantes, kraken y demás criaturas mágicas protagonicen diversas leyendas.
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Los Angeles Comic-Con en 2022
Los Angeles Comic-Con en 2022 Getty images

Quizás tu destino de vacaciones sea la playa. O quizás estés ya en ella, disfrutando de la arena de la playa, de las puestas del sol, del sonido de las olas del mar. El mar, o la mar, según gustos, es un excelente bálsamo para las preocupaciones: los que tienen la suerte de vivir en ciudad con costa saben de sobra que basta acercarse a dar un paseo para que las inquietudes desaparezcan o al menos, se suavicen. Los que vivimos lejos solo podemos soñar con la próxima vez que estaremos cerca de esa enorme masa de agua azul que en el horizonte suele confundirse con el cielo.

Pero el mar no solo tiene un efecto tranquilizador para nuestras inquietudes sino que también ha sido un proveedor de leyendas, muchas de ellas protagonizadas por criaturas mágicas, monstruos marinos… No en vano se dice que solo se ha explorado el 5% del fondo oceánico, no es de extrañar que siga habiendo entonces muchos misterios en las profundidades de los mares y océanos que puedan dar pie a todo tipo de leyendas protagonizadas por sirenas, el Kraken, serpientes gigantes… El libro Así creamos Monstruos de Ignacio Cabria (Ediciones Luciérnaga),  relata los hechos que han generado todas esas leyendas y analiza el marco cultural en el que surgieron. En sus páginas podemos aprender sobre el Yeti, el Chupacabras, el Kraken..

Puesto que hablamos del mar, empecemos por el Kraken, que ahora protagoniza también una película infantil. “El kraken es el gran monstruo marino tradicional de Escandinavia y el más grande de los imaginados en Occidente. En la Edad Moderna se lo asoció al pulpo gigante pero no siempre fue así”, comenta Cabria en su obra. Su nombre puede estar relacionado con el término sueco y noruego krake, que significa retorcido pero también con el vocablo alemán krake, que significa pulpo. La primera vez que se le describió se dijo de él que era redondo, grueso y lleno de brazos, una criatura con antenas y con dimensiones colosales, tan grande que nadie había visto su cuerpo entero.

También se ha hablado del pulpo gigante o pulpo kraken, a quien se consideraba un animal malvado (como podía mimetizarse con el entorno se le relacionaba con la mentira si bien en los últimos años el documental Lo que el pulpo me enseñó ha venido a cambiar la imagen que tenemos de este animal).

También tenemos calamares gigantes y un ejemplar puede verse, para deleite de mayores y pequeños, en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. El primer hallazgo de un calamar gigante varado en una playa sucedió en la isla de Thingore, Islandia, en 1639. Pero ha habido muchos más: en 1673, en Irlanda y también en el mismo territorio en 1790. En 1854 apareció otro ejemplar en la costa de Dinamarca…

Por supuesto, entre las criaturas relacionadas con el agua también tenemos a las sirenas, para unos bellísimas y encantadoras, y para otros, unas auténticas arpías capaces de hacerse con tu voluntad y de ahogarte sin piedad. Las sirenas, como otros monstruos marinos, fueron situadas sobre todo, en el océano Índico, que era como decir en mares desconocidos. Se cree que en las aguas de Asia fue el dugongo, un animal emparentado con el manatí, el inspirador de las visiones de sirenas”, explica Cabria.

En España también se han dado avistamientos de sirenas. En 1837 se publicó una carta del capitán de un barco que vio una en la ría de Requejada, en Santander. De primeras les pareció un chico nadando  pero al zambullirse en el agua afirmaron haberle visto la cola…

En España tenemos al hombre-pez

En Dinamarca está la famosa figura de la sirenita, colocada frente al puerto de Copenhague y que es símbolo de la ciudad pero en España tenemos otro monumento, menos famoso que el anterior, que también guarda relación con una criatura marina.

Nos referimos a la estatua del hombre pez de Liérganes, localidad de Cantabria. ¿De qué estamos hablando? En 1674, Francisco de la Vega Casar, oriundo de Liérganes, se fue a nadar con unos amigos y desapareció. Se le buscó pero al no hallar nada, le dieron por desaparecido. Cinco años después y en la otra punta de la geografía, en Cádiz, unos pescadores capturaron a una persona cubierta de escamas y que no podía hablar. Lo único que atinó a decir fue Liérganes. Un monje le condujo hasta allí y el chico se dirigió, sin dudar, a la casa familiar donde fue identificado como Francisco, el joven que había desaparecido unos años antes.

Nunca se integró realmente en el pueblo, parecía no interesarle la vida a su alrededor y 9 años después volvió a desaparecer en el mar, esta vez para siempre. “El doctor Gregorio Marañón estudió la leyenda del hombre-pez y estimó que Francisco de la Vega Casar debió padecer cretinismo”, afirma el autor en su obra. El cretinismo es una deficiencia congénita de la tiroides y Marañón atribuyó las escamas en su cuerpo a ictiosis (piel seca que tiene apariencia de escamosa). Marañón interpretó que de la Vega Casar acabó en Cádiz viajando en barco y allí se estableció y que solo fue una casualidad que los pescadores le hallasen nadando.

Creamos o no en las casualidades (hay quien defiende que no existen), tal y como dice la placa dedicada a esta criatura, si su historia no fue verdad, “mereció serlo”. Y es que el mar se nos antoja más bonito aún con más misterio…

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