El último dato sobre los aranceles medios ponderados que Estados Unidos aplica a las importaciones procedentes de la Unión Europea muestra un salto sin precedentes. En mayo de 2025, antes de la entrada en vigor del nuevo acuerdo comercial entre Washington y Bruselas, los aranceles se mantenían estables en torno al 2-3%. Sin embargo, tras el anuncio del pacto, la gráfica registra un repunte súbito que refleja un endurecimiento inmediato de las condiciones comerciales.
Este cambio de tendencia rompe con más de dos décadas de estabilidad e incluso ligera caída en los gravámenes a las importaciones europeas. La línea histórica del gráfico, que se mantenía plana desde mediados de los 2000, experimenta un fuerte ascenso coincidiendo con el momento en que se cierra el acuerdo bilateral. Según los analistas, esta medida busca proteger determinados sectores estratégicos estadounidenses, aunque podría encarecer productos clave para los consumidores y empresas de ambos lados del Atlántico.
A corto plazo, el incremento de los aranceles podría generar tensiones comerciales y encarecer la factura de importaciones como maquinaria, componentes industriales o determinados productos agroalimentarios. No obstante, los expertos advierten que habrá que esperar a ver cómo se implementa el acuerdo y si se producen negociaciones complementarias que suavicen este primer impacto. El gráfico ilustra a la perfección un cambio de ciclo que podría redefinir las relaciones comerciales transatlánticas en los próximos años.
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