Quedan pocos días para que acabe el plazo de la declaración de la Renta. Hay gente que ha hecho sus cálculos mentales y tiene una idea de cómo le va a salir. De repente, se ponen a rellenar los datos y descubre otra realidad. Gran cabreo.
1.- La aportación a los planes de pensiones. El año pasado el límite aún estaba en los 12.500 euros para mayores de 50 años. Pero descubres ahora que tu límite era de 10.000 euros. Has puesto 2.500 de más. Todo puede empeorar. Para este año 2015, debido a la reforma fiscal, el límite es de 8.000 euros.
2.- Hijos mayores de 25. Es una de las peores sorpresas. Cuando un hijo cumple los 25 años ya no puede aparecer en la declaración de la renta en el apartado de deducción por hijo. La cifra era de 1.800 hasta más de 4.000 euros. Pero hay algo peor: el hijo o la hija están en paro, con lo cual no solo no deducen sino que siguen suponiendo un gasto. Sobre todo molesta si tu hijo cumplió los años el 30 de diciembre de 2014. Ya has perdido el derecho a deducírtelo.
3.- El hijo hizo un trabajito. Resulta que el hijo o la hija menos de 25 años hizo una sustitución de unos meses en una empresa, por la que le pagaron más de 8.000 euros. Pues bien, ya no puedes deducirte ese familiar porque la ley lo prohíbe; lo mismo que si ha tenido que hacer la declaración de la renta incluso ganado menos (1.800 euros), o si ha tenido rendimientos del capital mobiliario o ganancias de patrimonio.
4.- Mejoría económica, subida de tramo. Alguien que hasta estado ganando por debajo de los 33.000 euros anuales tenía un tipo del 30%. Con la mejoría económica que ya se notó en 2014, a lo mejor ha sobrepasado los 33.000 euros de ingresos. Ahora va a tener un tipo superior que se come la subida del sueldo. Ya puedes tirarte de los pelos.
5.- Nuevo contrato. Uno de los mayores olvidos de los directores de Recursos Humanos es hacer las retenciones correspondientes. Cuando alguien empieza a trabajar avanzado el año, supongamos que en septiembre de 2014, le dejan las retenciones en el mínimo (un 2%), salvo que el trabajador lo avise. Cuando llega mayo del año siguiente, Hacienda le exige que pague la diferencia de ese 2% y lo que tendría que pagar por sus ingresos reales. Gran susto.
6.- Ingresos imprevistos. Mucha gente ha estado cobrando paro, o ha capitalizado el paro de forma que con ello se paga las cuotas a la Seguridad Social. Cuando llega el borrador de la declaración, se dan cuenta de que sus ingresos fueron superiores a lo que pensaban, pero que ellos no lo habían contabilizado. Eso puede cambiar la cifra final.
7.- La complementaria. Cuando te olvidas de poner ciertas partidas, tienes que hacer una declaración complementaria. Eso sucede muchas veces cuando has dejado todo para el final, entregas tu declaración a medias, y luego descubres que hay ingresos o gastos que se te habían olvidado. Afortunadamente existe la complementaria. Si son ingresos atrasados de otros años, hay que hacer una complementaria del año correspondiente. En resumen, tienes que hacer dos declaraciones del IRPF, la del año en curso (2014) y la del anterior. Por declarar que no quede.
1 Comentarios:
madie la deberia de hacer, y asi se hablaria de que, y de como ,
la policia la pagariamos, asi como el ejercito, nosotros y estarian de nuestro lado, y ademas, dariamos ejemplo a la marimerkel
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