
La hipoteca variable de Bankia es una de las más llamativas del momento. Y es que, a pesar de que no es una de las más baratas del mercado, exige muy pocos requisitos al cliente y además le libra del pago de comisiones.
Este préstamo para la compra de vivienda habitual puede devolverse en un plazo de hasta 30 años y permite financiar hasta el 80% del menor de estos dos importes: el 80% del precio de adquisición del inmueble o del valor de tasación.
Bankia aplica un tipo de interés fijo durante el primer año de vida de la hipoteca: en concreto, un 1,99%. Pasados esos 12 primeros meses, el interés baja a euríbor + 0,99% (2,3% TAE), siempre que el cliente cumpla un requisito: domiciliar una nómina de al menos 3.000 euros mensuales.
En el caso de que el cliente tenga unos ingresos inferiores o no quiera domiciliarlos en Bankia, el tipo de interés a pagar se mantiene en ese 1,99% en el primer año y se sitúa en euríbor + 1,99% a partir de entonces (2,3% TAE).
Además de pagar menos intereses, otra ventaja de domiciliar la nómina es que permite eliminar las comisiones por estudiar la concesión del préstamo, por abrirlo y por cancelarlo, tanto si se trata de una amortización parcial o total.
También hay que tener en cuenta que, con la domiciliación, Bankia elimina las penalizaciones y cuotas de las tarjetas de débito y/o crédito, de la administración y el mantenimiento de las cuentas, de las transferencias, de los ingresos de cheques y de la retirada de efectivo en más de 17.800 cajeros repartidos por toda España.
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