
La Unión Europea aprieta el acelerador en su plan de transición energética y el próximo objetivo pasa por cambiar los sistemas de calefacción y aire acondicionado en la industria y las viviendas. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la calefacción es responsable de cuatro gigatoneladas de emisiones de CO2 al año, un 10% del total de las emisiones globales.
A raíz del texto aprobado por el Parlamento Europeo sobre la eficiencia energética de los edificios, la UE establece fechas de recomendación a los países miembros para introducir la prohibición de las calderas de gas a partir de 2028 para los edificios nuevos y la eliminación gradual del uso de sistemas de calefacción que utilizan combustibles fósiles en todos los edificios a más tardar en 2035, y si no es viable, para 2040.
El Reglamento de la UE 813/2013 de la Comisión por el que se desarrolla la Directiva 2009/125/CE del Parlamento Europeo y del Consejo respecto de los requisitos de diseño ecológico aplicables a los aparatos de calefacción y a los calefactores combinados establece los requisitos aplicables a estos aparatos.
Adiós a las calderas de gas en los hogares
Según la directiva de la UE, el abandono de las calderas de gas tendrá que ser paulatino ya a partir de 2025, para acabar con el abandono total entre 2035 y 2040. De hecho, a partir de 2024, ningún Estado miembro podrá ofrecer incentivos para la instalación de calderas que utilicen gas o gasóleo. Se permitirán las bombas de calor y los sistemas híbridos (compuestos por una bomba de calor eléctrica y una caldera de condensación de gas y que no se cuentan entre los sistemas de combustibles fósiles).
Los edificios nuevos ocupados o gestionados por autoridades públicas o que sean de su propiedad deberán ser edificios de cero emisiones a partir de 2026, y desde 2028 se aplicará a todos los edificios nuevos.
Prohibición de la venta de calderas de gas, ¿cuáles son las consecuencias?
¿Cuáles serán las consecuencias del abandono de las calderas de gas? El objetivo de esta regulación está incluido en el plan RepowerEu, que supone independizar a la UE del gas ruso. Operativamente, esto podría traducirse en la conversión a fuentes de combustibles no fósiles o, en cualquier caso, el desarrollo de nuevas tecnologías para el funcionamiento de los sistemas de calefacción.
Sin embargo, la viabilidad, la sostenibilidad energética y las consecuencias económicas de estas elecciones aún deben cuantificarse. El riesgo, por ejemplo, es que en ausencia de posibilidades económicas para renovar los sistemas, se cree un mercado de aparatos de gas de segunda mano, cuya seguridad entraría en serias dudas.
“El requisito que la Comisión Europea se dispone a aprobar fijando un índice de eficiencia del 115 % para las calderas de gas representa en realidad una prohibición de colocar todas las calderas actualmente en el mercado", según varias asociaciones en Italia.
Varias alternativas a las actuales calderas de gas
¿Cuáles son las alternativas a la calefacción con caldera de gas? Entre las alternativas se encuentran las calderas de bomba de calor o los sistemas eléctricos o de biomasa
Caldera bomba de calor
La calefacción por bomba de calor consiste en un sistema que "pesca" la energía del exterior y la transmite al sistema de calefacción interior. El consumo de electricidad se reduce, ya que se concentra solo en la activación del compresor y los accesorios. Esto puede suceder de varias maneras:
Sistema aire-agua: calienta (o enfría) el agua introducida en el sistema de calefacción intercambiando calor con el aire exterior. Puede costar hasta 10.000 euros.
Sistema aire-aire: siempre intercambiando aire con el exterior, introduce aire frío o caliente en la vivienda. El costo varía de 2.000 a 8.000 euros.
Sistema geotérmico: calienta (o enfría) el agua que circula en un sistema tomando calor o frío del agua subterránea o del suelo. El costo puede llegar incluso a los 20.000 euros.
Caldera de biomasa
Son calderas que extraen energía para calefacción y agua para uso sanitario mediante la combustión de leña o pellets. Según el tipo, los precios pueden variar desde los convectores, con precios desde los 1.000 hasta los 4.000 euros, hasta los sistemas con sistema radiante, que pueden rozar los 9.000 euros.
Caldera eléctrica
Calentar una casa con termo eléctrico significa instalar una caldera que calienta el agua que necesita el sistema no utilizando calentadores de gas sino eléctricos. Una especie de caldera, pero más potente ya que sirve para las necesidades de toda una casa. La ventaja es que, de hecho, no usa gas y cuesta menos que una caldera de gas.
La desventaja es que necesita mucha electricidad, 3-4 veces más que una caldera de gas, especialmente si se instala en una casa grande. Esto se puede remediar instalando un sistema solar térmico, cuyos costes son, sin embargo, considerables, incluso superando con creces los 20.000 euros.
Caldera iónica
La caldera de iones es una nueva tecnología que produce energía térmica a través del intercambio iónico (siempre activado con electricidad). Es una nueva tecnología que no necesita "conexiones" con el exterior y que también puede producir altas temperaturas, pero el consumo también es mayor, alrededor de 1,5 veces el de una caldera bomba de calor.
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