Tras años de peregrinar por el desierto, los bancos españoles han lucido músculo con las recientes pruebas de resistencia supervisadas por el Banco Central Europeo (BCE). Han dejado atrás lo peor de la crisis, la morosidad descontrolada o los masivos activos tóxicos. Pero los problemas no acaban ahí ya que en 2015 afrontarán muchas complicaciones. Retos que nuevamente les pondrán contra las cuerdas como la retirada de capital proveniente de productos de ahorro poco rentables, la reciente ‘guerra del diferencial’ hipotecario o la amortización anticipada de las carteras inmobiliarias.
“Los bancos han estado peleando duro por sacar la cabeza y parece que esta la pelea la tienen ganada y los test de estrés muestran que están capitalizados, pero tendrán problemas significativos que afrontar el próximo curso”, detalla Juan Villén, responsable de idealista hipotecas.
En su opinión, las entidades financieras tendrán 5 frentes abiertos que atacan directamente sobre la rentabilidad y el negocio:
El flanco del ahorro: “Con los tipos de interés en el mínimo histórico, la base tradicional del pasivo de los bancos -que es el ahorro de las familias- está provocando una salida importante de productos como los depósitos, al tener una rentabilidad demasiado baja. Las familias están buscando alternativas para su dinero como la vivienda, tanto la considerada habitual como la de inversión, en las que la rentabilidad está siendo más altas y con menor riesgo que otras opciones menos conservadoras como la renta variable”, detalla Juan
En este sentido, según los datos del Banco de España, en octubre el capital de los depósitos bancarios (tradicional mecanismo de ahorro de las familias) se redujo en 33.200 millones de euros, comparado con el mismo mes del año pasado. En términos intermensuales, la cifra se redujo en 15.000 millones. Además, octubre Marcó el cuarto mes consecutivo en el que este indicador retrocede. No solo sacaron su dinero las familias, sino también las sociedades financieras y los fondos extranjeros
Carteras inmobiliarias: “Estos portfolios que han ido adquiriendo a lo largo de la crisis los bancos han dejado de crecer y están reduciéndose”, detalla el responsable de hipotecas. En su opinión, además les está afectando “la caída de precios y el despertar de la demanda que, aunque sea lento, está haciendo que las ventas de los inmuebles adjudicados se hayan acelerado con respecto a las nuevas entradas. La combinación de ambos factores hará que el stock continúe su reducción durante el próximo año”
Morosidad: a pesar de que está mucho más controlada e incluso ha comenzado a disminuir, la morosidad sigue siendo un reto para los bancos. “No obstante, a su favor cabe decir que la economía lejos de deteriorarse mejora, con lo que este indicador comenzará a reducirse paulatinamente”, apunta
Saldos de créditos: “Ha habido saldos de ciertas actividades como la promoción inmobiliaria que han caído brutalmente en los últimos años por la limpieza de la morosidad y la falta de actividad, pero por otro lado se está viendo que las nuevas concesiones de crédito no están siendo capaces de compensar los vencimientos naturales o anticipados que se están produciendo en sus carteras”, afirma el experto
Al margen de este problema, se está viendo cómo “los saldos sobre los que cobran sus intereses los bancos se están reduciendo. Las entidades tienen la necesidad de conceder nuevos créditos y para eso necesitan una demanda que cuadre con los criterios de riesgo de los bancos. En general, la demanda se está recuperando a menor ritmo del que quieren los bancos”
Guerra diferenciales: La caída de tipos y el Euribor ha traído consigo una pelea interbancaria por captar hipotecas y demanda solvente que ha llevado en apenas un año a pasar de diferenciales del 2,5% a algunas hipotecas que ya bajan del 1,5%. “Esta guerra se ha traducido en menores márgenes para los bancos, un factor que también impacta en la rentabilidad futura de las nuevas operaciones”, apunta Juan
De cara al próximo ejercicio, los bancos tendrán un año complicado en el que, por un lado, dependerán de las condiciones macroeconómicas y el repunte de la demanda (algo que no se espera mejore sustancialmente) y por otro deberán ingeniárselas para generar productos innovadores y levantar la mano: “deberán acentuar en el servicio, la fidelización o valores añadidos para no competir solo en precio, mientras que es probable que lleven a cabo una revisión de los criterios de riesgo, para ampliar con tiento el perfil de los clientes”
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