El Banco Central Europeo es, desde finales del año, el supervisor de las entidades financieras más potentes de la eurozona. Una labor que no solo le permite ‘controlar’ los balances de los pesos pesados del sector, sino también hacerse con unos ingresos extra. En apenas catorce meses se llevará 326 millones de euros por este concepto.
Ésa es la cifra que ha publicado el Banco de España, que añade que ese coste será soportado conjuntamente por las 123 entidades financieras cuyos balances son directamente supervisados.
“El importe total de las tasas que el BCE recuperará por los costes derivados de llevar a cabo la supervisión prudencial del sector bancario de la zona del euro en el período 2014-2015 será de 326 millones de euros”, asegura textualmente el comunicado del regulador español.
De esa cantidad total, 30 millones de euros corresponden al año pasado (desde el 4 de noviembre, fecha en la que la autoridad monetaria empezó a supervisar a la gran banca de la zona), mientras que los otros 296 millones de euros son el gasto previsto para el presente ejercicio. Por tanto, es el dinero que el sector financiero deberá devolver al organismo. Algo que, sin embargo, no le pilla por sorpresa.
Hace un año ya se estimó un coste cercano a los 300 millones de euros. Finalmente, el BCE recibirá directamente un 8,6% más de lo esperado, aunque, añade el Banco de España, “el porcentaje que se recuperará de las entidades supervisadas indirectamente (11%) será inferior a la estimación inicial de un 15%”.
¿Y cómo se va a repartir este coste entre el sector? El pago que afrontará cada banco dependerá de su importancia y de su perfil de riesgo. “Todos los bancos de la zona del euro han de facilitar los datos para calcular las tasas concretas antes del 1 de julio de 2015. Posteriormente, se asignarán las tasas totales correspondientes a cada entidad de crédito, enviándose las facturas a finales de 2015”, insiste la nota oficial.
De cara al futuro, todo apunta a que las entidades podrían verse obligadas a pagar más al organismo presidido por Mario Draghi para que éste supervise sus cuentas y su actividad.
“A medida que la Supervisión Bancaria del BCE mejore su conocimiento de las entidades que supervisa, podrá identificar áreas que requieran una atención supervisora adicional, lo que podría afectar al coste total incurrido en la supervisión bancaria. Por consiguiente, los gastos de supervisión totales del BCE solo alcanzarán su nivel estacionario a medio plazo”, concluye el comunicado.
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