
Artículo escrito por Luis Sanz, Segment Manager en Fachadas y SATE de Propamsa
Se avecina un invierno muy duro debido a los precios de la energía, cuya factura se ha agravado desde la guerra de Ucrania. Un problema que además parece no tener un final cercano. Las temperaturas ya están bajando y, dentro de poco, llegará el momento de encender la calefacción.
Desde hace tiempo la ciudadanía ha venido adaptando su forma de vida con la vista puesta en el ahorro energético de los hogares. Unos cambios promovidos desde las instituciones que persiguen que las economías no se dejen un dineral en las facturas. El último, el plan lanzado por el Gobierno llamado “Plan Más Seguridad Energética (SE+)”, integrado por 73 medidas.
Aquí van algunas de esas recomendaciones para ahorrar energía y dinero:
- Consumir agua caliente con prudencia. Imprescindible en invierno, hay que reducir lo máximo posible el tiempo de ducha y vigilar que el grifo no quede abierto para no desperdiciar agua. La temperatura debe estar regulada entre 30 y 35º.
- Recurrir a bombillas tipo LED ante la llegada de la oscuridad, un fenómeno que se acentuará progresivamente con el cambio de hora. Igualmente, hay que aprovechar las horas de sol disponibles tanto como se pueda. Y evitar encender tantas luces artificiales de las lámparas como sea posible.
- Desconectar los electrodomésticos cuando no están en uso ya que son una enorme fuente de energía. Es importante vigilar la opción de stand by porque al estar enchufados a la corriente eléctrica siguen consumiendo.
- Ajustar la temperatura en el interior del hogar: la idónea dentro de la vivienda en los meses de invierno debe estar entre 19º y 21º. Un grado más arriba o más abajo en el termostato puede significar un aumento o disminución notable en la factura.
Los seis grandes objetivos del plan son ahorro y eficiencia; la transformación del sistema energético; la ampliación de la protección a los ciudadanos, especialmente los vulnerables; las medidas fiscales más equilibradas ante el contexto inflacionario; la transformación de la industria gracias a las energías renovables o el hidrógeno; y la solidaridad con el resto de los países europeos. Así, dicho plan apunta a reducir el consumo de energía de las viviendas entre un 5,1% y un 13% en los próximos meses.
Se espera que progresivamente los precios vuelvan a ser los de antes, una vez hayamos reducido la dependencia del gas ruso y apostado por energías limpias alternativas; pero, entretanto, debemos seguir realizando pequeños gestos que nos permitan grandes ahorros o, lo que es lo mismo, vivir tranquilamente sin llevarnos un buen susto a final de mes con la factura de la luz y el gas.
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