Si vas al Reino Unido y compras un piso el Londres te encontrarás con que tienes que pagar una especie de alquiler. ¿Alquiler? Pues sí, porque buena parte del suelo de la capital pertenece desde tiempos inmemoriales a algún aristócrata y pagarás por ello.
Hace cinco años, la revista ‘Country Life’ realizó una investigación a fondo en Gran Bretaña para saber quién era el dueño de la tierra. La isla de Gran Bretaña abarca 230.000 km2. Según ese estudio, más de 70.000 km2 pertenecen a unos 36.000 aristócratas, herederos de títulos nobiliarios de la alta Edad Media, desde las invasiones normandas.
Las promotoras inmobiliarias pueden levantar edificios de viviendas y oficinas, pero no son las propietarias del suelo. Los moradores deben pagar una renta a toda esa caravana de aristócratas.
El mayor propietario individual es el duque de Buccleuch y Queensbury que tiene casi 1.000 km2 en Inglaterra y Escocia. Su patrimonio está valorado entre 1.100 y 1.300 millones de euros.
El segundo noble más rico en tierras está en una fundación llamada Trustees del Ducado de Atholl. John Murray es el actual duque de Atholl y su fortuna en tierras tiene un valor de 502 millones de euros.
El tercero es más conocido. Es el príncipe Carlos, que ostenta el título de duque de Cornualles creado por Enrique III en 1377. Posee 540 km2 con un valor de entre 1.400 y 1.600 millones de euros.
El cuarto noble que tiene mayor extensión es el duque de Westminster. Tiene 530 km2, muchos de los cuales están en la ciudad de Londres. Para administrarlo tiene un ejército de 1.200 personas en su inmobiliaria Grosvenor. Valor de su patrimonio: 8.290 millones de euros.
El quinto de la lista de Ralph Percy, duque de Northumberland. Posee 520 km2 por un valor de entre 1.100 y 1.300 millones de euros precisamente en Northumberland. A muchos les sonará este paisaje porque es el que sale en la película Harry Potter.
¿Y la corona británica? Tiene 1.450 km2 cuyo valor es superior a las 9.000 millones de euros. Ese patrimonio está administrado por el Estado, quien pasa, por decirlo, así, una jugosa pensión a la familia real. Gran parte de esos terrenos están ubicados en la ciudad de Londres, en el West End. El resto abarca desde las minas de Portland, hasta los bosques de Dorset, o granjas de animales en Escocia.
Pero la nobleza no es el único gran ‘landowner’ en ese país. Hay instituciones que poseen más tierras. Por ejemplo, el mayor propietario es el Estado a través de la Comisión Forestal. Posee 10.000 km2 y es la responsable de mantener la flora del país. Una décima parte de esas tierras las alquila a pequeños propietarios.
Lo curioso es que esos nobles reciben ayudas procedentes del Fondo Agrícola de la Unión Europea. Una investigación realizada por ‘New Statesman’ reveló que anualmente el duque de Westminster recibía un millón de euros por su propiedad de Grosvenor Farms; el conde de Plymouth, 930.000 euros; el duque de Buccleuch, 360.000 euros; el duque de Devonshire obtenía 348.000 euros; y el duque de Atholl, 320.000 euros por su castillo en Blair.
También es un negocio lucrativo para los Windsor. La reina recibe 570.000 de euros por sus reales granjas y 433.000 euros por las tierras del ducado de Lancaster, mientras que el príncipe Carlos recibe 175.000 euros por las propiedades del ducado de Cornualles.
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