
La casa en la que Adolf Hitler nació y vivió se convertirá en una comisaría de policía tras descartar la posibilidad de transformarlo en un lugar conmemorativo para evitar posibles peregrinaciones neonazis. Las obras, que comenzarán el 2 de octubre, según informó el lunes a France-Presse un portavoz del Ministerio del Interior austriaco, tendrán un coste estimado de 20 millones de euros, 15 millones más de lo previsto inicialmente. En cuanto a los nuevos inquilinos, se espera que se instalen en 2026.

Así, "una comisaría de policía y un centro de formación para trabajadores de derechos humanos" se instalarán en un edificio "con un pesado pasado", después de que se haya llevado a cabo una "renovación arquitectónica".
El objetivo, según una comisión de expertos creada por el Gobierno austriaco en 2016, es "romper de forma sostenible el culto que le dedican los círculos extremistas", pero los historiadores han decidido descartar la demolición porque consideran que Austria "debe enfrentarse a su pasado".

Sin embargo, la decisión es controvertida, y el director de un documental sobre el tema que se estrenará a finales de este mes, ya ha pedido que se abandone la idea al cumplir "el deseo del propio Hitler" de utilizar administrativamente las instalaciones, formulado en un artículo periodístico en mayo de 1939.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Austria fue presentada como "la primera víctima del nazismo" y se negó la complicidad de muchos austriacos en los crímenes del Tercer Reich, pero ésta es una versión que ha sido reevaluada críticamente desde mediados de los años ochenta. Por ello, el país mantiene una compleja relación con su pasado.

En los exteriores del edificio se muestra una placa en piedra que reza: "Für frieden freiheit und demokratie nie wieder faschismus millionen tote mahnen" (Por la paz, la libertad y la democracia, nunca más el fascismo ni millones de muertos).

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