Música alta, fiestas, un perro que no deja de ladrar, golpes en las paredes... Así puedes detener las molestias acústicas
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Vecinos ruidosos
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El hogar de una persona es su refugio, su estación de repostaje en la que desconectar y descansar. El problema surge cuando alguien realiza actividades que molestan o perjudican a los demás propietarios. Los vecinos ruidosos son uno de los principales conflictos que se dan en las comunidades de propietarios. Entonces, ¿qué se puede hacer ante esta situación?

Vecinos ruidosos en comunidades de propietarios

Según un estudio del INE que mide la calidad de vida de los españoles, en 2020 (la última fecha disponible) el 21,9% de la población confesó sufrir problemas de ruidos producidos por vecinos o provenientes del exterior. 

Por suerte, desde 2003 existe la Ley del Ruido, una normativa que tiene como objetivo prevenir, mitigar y vigilar la contaminación acústica. En dicha ley están reflejados los horarios y niveles permitidos de ruido, aunque varían según cada municipio, franja horaria e incluso las estancias.

Para saber los límites de decibelios permitidos, lo ideal es consultar la normativa de tu municipio. Estos son los límites de algunas zonas de España:
 

Límites de decibelios autorizados en vivienda (uso residencial)

Ciudad

En interior de dormitorios

En otras estancias

Día

Noche

Día

Noche

Barcelona

30

25

35

30

Bilbao

35

25

35

25

Madrid

30

25

35

30

Sevilla

40

30

45

35

Toledo

40

30

35

25

Valencia

40

30

45

35

Valladolid

32

25

40

30

Zaragoza

40

27

45

30
 

¿Qué hacer con los vecinos molestos y ruidosos?

La primera recomendación es abordar el asunto con empatía, optando por un diálogo comprensivo con el vecino en cuestión. Quizá no se haya percatado de que está ocasionando ruidos molestos. Sin embargo, si el problema persiste, es esencial recurrir a la normativa municipal y a la Ley de Propiedad Horizontal. En dicha legislación, el ruido se clasifica como una actividad perturbadora.

Tras haber comunicado al implicado el mal estar, si este no hace nada para remediarlo, prueba a elevar la queja al presidente de la comunidad. El presidente puede, por iniciativa propia o por petición de cualquier propietario, solicitar al vecino ruidoso que cese su actividad perturbadora. Siempre se recomienda enviar comunicaciones formales, como burofaxes, para dejar documentada la situación. 

Si la situación todavía no se resuelve, puedes acudir a la comisaría de policía para denunciar al vecino por ruido. Es posible que la policía acuda y mida con un sonómetro si está superando el límite de decibelios. De ser así, dejará una prueba fehaciente de cara a un posible juicio.

Si el vecino ruidoso continúa con su comportamiento, se puede iniciar una acción de cesación con el respaldo de la junta de propietarios. La acción de cesación busca detener inmediatamente el ruido molesto. Una vez presentada la demanda, el juez puede ordenar la cesación del ruido, respaldada por posibles sanciones penales en caso de desobediencia. La comunidad de propietarios debe presentar pruebas concretas de la perturbación, como grabaciones sonoras y comunicaciones formales.

Si el juez falla a favor de la comunidad, además de ordenar el cese definitivo del ruido, puede imponer indemnizaciones y, en casos graves, privar al propietario del derecho a ocupar su vivienda hasta por tres años.

¿Qué se puede hacer con un inquilino ruidoso?

Si el inquilino, y no el propietario, es la fuente del ruido, se debe intentar solucionar primero la situación con el inquilino. Si este no deja de hacer ruidos molestos, se puede recurrir al propietario para que intervenga.

Si sigue en sus trece, se puede solicitar la finalización del contrato de alquiler del inquilino ruidoso, ya que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que se puede rescindir un contrato de arrendamiento si los inquilinos realizan actividades ilegales, molestas o perjudiciales.

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