
La mata atlántica es, junto con la selva amazónica, una de las principales masas verdes del planeta. Y al igual que esta, se encuentra en Sudamérica. Es cierto que en las últimas décadas ha ido perdiendo terreno, pero, aún así sigue siendo una importante reserva que alberga una de las mayores biodiversidades del planeta. Y no solo eso, sino que se trata de un lugar especial para quienes quieren desconectar de la ajetreada vida urbana, recuperar el contacto con la naturaleza y mantener un estilo de vida más tranquilo, que es el objetivo que se ha querido alcanzar con Jatobá House, creada por el estudio de Guilherme Torres.

A solo una hora de São Paulo, la ciudad más poblada de Brasil, con más de 12 millones de habitantes (22 millones si se contabiliza toda el área metropolitana), Jatobá House se erige con sus líneas simples y volúmenes imponentes. Sin embargo, cada uno de sus detalles tiene un único propósito: crear un ambiente relajante ideal para desconectar.
El conjunto está formado por cinco grandes bloques cúbicos blancos que marcan el proyecto: cada uno de ellos es una suite que funciona de forma independiente. Así, se preserva la intimidad y comodidad de la familia, formada por un matrimonio joven con dos hijos adolescentes. Un gran muro de tapial, realizado con arena y tierra, construido siguiendo técnicas tradicionales de la zona, rodea toda la casa y también forma parte de la estructura.

La casa está hecha íntegramente de paneles CLT (Cross Laminated Timber), que son tablones de madera entrelazados y prensados a alta temperatura y presión. Este forma la losa y toda la parte estructural del proyecto, sustituyendo el hormigón por la madera en bruto.
Ya en el interior, el salón logra materializar el concepto de integración total, con comedor y salón separados por una gran encimera multifuncional con su superficie revestida de granito flameado. Uno de sus puntos fuertes es una sala hundida con un gran sofá de mampostería, donde se colocaron futones en el interior del núcleo. Este espacio es totalmente abierto, pero se puede cerrar en momentos de lluvia o frío, gracias a unos toldos preparados para ello.

El diseño del mobiliario es exclusivo, con una mesa la mesa realizada en freijó lavado, una típica madera brasileña, diseñada por el arquitecto. El conjunto decorativo se completa de obras de arte artesanales, hechas por indígenas, para crear composiciones únicas, combinando los colores y materiales crudos del proyecto, como madera rústica, ladrillos de barro y paredes de bloques estructurales sin vigas.

La zona de ocio es, probablemente, lo que más llama la atención: sauna, spa y piscina de tres niveles con una preciosa cascada, desde la que disfrutar de unas vistas privilegiadas al entorno natural en el que se ubica. En este espacio, el piso está elaborado con fragmentos de basalto que cubre todo el perímetro del proyecto.
Como no podía ser de otra manera, la sostenibilidad es un elemento fundamental. El proyecto funciona con energía fotovoltaica, y los estanques que rodean la casa han sido creados para recoger el agua de lluvia y permitir su reutilización.



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