Las obras para construir la ciudad del futuro ya han comenzado. Cuando en 2021 Arabia Saudí presentó The Line, un proyecto de ciudad sostenible y vertical de 170 kilómetros en medio del desierto, poca gente se lo tomaba en serio. Un año después, sin embargo, ya circulan fotografías a vista de dron en las que se aprecian excavadoras y camiones junto a la franja delimitada donde se construirá.
Se trata, sin duda, de uno de los proyectos más ambiciosos a nivel arquitectónico del mundo, aunque habrá que esperar 50 años para verlo terminado. Impulsada por el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, estrechamente vinculado con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el coste de The Line será de más un billón de dólares. Y tan solo es una parte de NEOM, la mega urbe futurista proyectada para construirse en el Golfo de Aqaba del Mar Rojo.
Una ciudad verde en el desierto
Sin carreteras, automóviles ni emisiones, The Line funcionará 100% con energía renovable y el 95% de la superficie estará destinada a la naturaleza. “A diferencia de las ciudades tradicionales, en The Line se priorizará la salud y el bienestar de las personas sobre el transporte y la infraestructura”, señalan los impulsores del proyecto.
La ciudad lineal se construirá como dos colosales rascacielos recubiertos de espejos, de 500 metros de alto (para que la ciudad no sufra las inclemencias del tiempo del desierto) y 170 kilómetros de largo. Contará con una capacidad para nueve millones de personas. La integración de la naturaleza y los espacios abiertos tendrá un papel fundamental en la purificación de la calidad del aire en el clima seco del desierto.
La ciudad está diseñada para emitir una huella de carbono cero, ya que funcionará con energía renovable al 100%, incluyendo el sector industrial. Además, The Line no contará con carreteras ni automóviles. Según aparece en la web del proyecto, los ciudadanos que residan allí tendrán acceso a todas las comodidades con cinco minutos de paseo. Además, una eficiente red de transporte público ofrecerá un viaje de punta a punta en tan solo 20 minutos.
Bin Salman, quien combina la polémica con una visión de futuro verde y tecnológico, quiere implantar en The Line la tecnología y arquitectura más vanguardista. Los servicios estarán impulsados por inteligencia artificial y las personas podrán desplazarse por la urbe en tres dimensiones: hacia arriba, hacia abajo o transversalmente, lo que se conoce como Urbanismo de Gravedad Cero.
“A diferencia de los edificios en altura, este concepto combina parques públicos y áreas peatonales, escuelas, hogares y lugares de trabajo, de modo que uno pueda moverse sin esfuerzo para satisfacer todas las necesidades diarias en cinco minutos”, afirman en un comunicado de prensa los impulsores del proyecto.
La industrialización como aliado
Según comentan los desarrolladores, el diseño de The Line se digitalizará por completo y la construcción se industrializará según avancen las tecnologías de construcción y los procesos de fabricación, por lo que, quizás, esos 50 años de plazo se reduzcan y muchos de los hoy presentes puedan verla.
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