
Imagina una casa que se fusiona armoniosamente con su entorno natural, desafiando la gravedad con su audaz diseño y al mismo tiempo, ofreciendo una experiencia de vida moderna y acogedora. Pues bien, esa casa existe, se llama Casa Hara y, además, está en España, en concreto, en Munguía. Sus creadores: el equipo de Verne Arquitectura.
“Creemos en la creatividad como herramienta del cambio; en la modernidad como movimiento inspirador de un estilo propio; en la artesanía como medio para alcanzar la calidad; y en la tecnología como garante del confort y la eficiencia energética”, explican en su web, una filosofía que se refleja en este trabajo.
El emplazamiento es un elemento que influye de forma determinante en Casa Hara. “Se ubica en una urbanización cerca de la costa vizcaína, a pocos kilómetros de Bilbao. La parcela concreta donde se emplaza la vivienda cuenta con una pendiente bastante pronunciada y una orientación norte-sur casi perfecta. Por ende, la estrategia del proyecto surge de dar una respuesta unitaria a ambos condicionantes de partida”, señalan.

Dos planos que desafían a la gravedad
El corazón de Casa Hara es su sorprendente diseño, compuesto por dos audaces planos de concreto que desafían la gravedad. Estos planos se extienden en voladizo y se integran perfectamente en el terreno inclinado que los rodea. El plano inferior alberga las áreas funcionales de la casa, como la entrada, el garaje, el gimnasio y habitaciones adicionales. En contraste, el plano superior, que también funciona como el techo de la casa, alberga los espacios principales de vida, incluyendo dormitorios, cocina y zona de estar y comedor combinados.

La fachada norte presenta un aspecto fortificado para dar la bienvenida a la calle adyacente y la entrada principal. En esta, las particiones de concreto aseguran que los espacios internos de la casa permanezcan discretos, mientras que crean una generosa terraza en el primer piso. Además, la fachada sur irradia intimidad. Aquí, el techo de concreto se extiende elegantemente en voladizo sobre el jardín, con amplias ventanas que desdibujan los límites entre los interiores de la casa y el exuberante exterior. Esta estrategia de diseño no solo prioriza las vistas al jardín y la piscina, sino que también crea un espacio de porche sin fisuras. Internamente, un diseño estratégico garantiza que ambas fachadas estén cohesionadas.

En armonía con el paisaje
El corazón de la casa es la cocina y el espacio de estar y comedor, orientados a lo largo del eje norte-sur. Un detalle notable aquí es una amplia puerta corredera de madera en la cocina, que conecta visual y funcionalmente la terraza norte y el porche sur. El segmento oriental de la casa alberga el dormitorio principal, diseñado con una vista de doble aspecto. Por su parte, el ala oeste está reservada para dormitorios adicionales, cada uno con su baño privado. Una selección consciente de materiales eleva Casa Hara, asegurando que se integre armoniosamente con su entorno.

En su mayoría, el uso del concreto se combina inteligentemente con texturas de madera, evidentes en los acabados de los voladizos y el revestimiento de la fachada. Esta decisión de diseño armoniza el concreto con elementos de madera que se encuentran en toda la casa, como la puerta del garaje orientada al norte y las lamas de madera de castaño de la fachada sur. En otras áreas, se emplean acabados de mortero de cal blanco, asegurando que estas secciones se integren visualmente. En el interior, la casa abraza elementos naturales. El yeso de arcilla beige y la madera de roble dominan, mientras que la piedra caliza grisácea envuelve la chimenea central, marcando los espacios de vida.


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