Versalles, un nombre que evoca inmediatamente imágenes de esplendor, sofisticación y nobleza en el corazón de Francia. Lugar de residencia de uno de los reyes más poderosos de la historia: Luis XIV. Y, de hecho, hoy es conocida en todo el mundo por su imponente arquitectura heredada de aquellos tiempos, de entre la que destaca el Palacio de Versalles y sus magníficos jardines. En este escenario de esplendor y grandeza, encontramos otros ejemplos, menos grandiosos, pero sí funcionales y muy bonitos de arquitectura actual. Uno de ellos es este proyecto que ha supuesto la rehabilitación de una vivienda con un diseño minimalista de la mano del prestigioso Atelier Delalande Tabourin.
Esta estructura, objeto de nuestra atención, fue en el pasado un edificio anclado en un vecindario residencial de la década de 1950 en Versalles. “El edificio a rehabilitar está situado en el corazón de una zona residencial de los años 50 en la ciudad de Versalles. Se compone de tres plantas revestidas en fachada por seis imponentes estelas de ladrillo que, por su verticalidad y su contraste de materialidad, aligeran el aspecto macizo y cúbico del edificio”, explican desde el estudio.
Su fachada presentaba tres paneles de madera resaltados por seis imponentes columnas de ladrillo. A pesar de su llamativo exterior, la estructura original se veía aquejada por espacios interiores sombríos y una disposición desarticulada que no lograba aprovechar plenamente sus extensos jardines circundantes.
Abordando estos desafíos, el equipo de ADT implementó una serie de innovaciones arquitectónicas, siendo la creación de amplios tragaluces una de las más destacadas. “Para responder al diagnóstico del edificio y a los desafíos del proyecto, se crean cuatro intervenciones arquitectónicas. Cuatro grandes lucernarios que perforan los suelos y deslumbran con material todos los niveles”, señalan.
Luz natural y reutilización de ladrillos defectuosos
Con estas nuevas incorporaciones, no solo se ha inundado los interiores con luz natural, sino que también se han establecido vías de circulación más claras en todo el hogar. Desaparecieron las esquinas oscuras y las orientaciones confusas de las habitaciones. En su lugar, primó una transición fluida entre espacios, infundiendo vida en áreas previamente pasadas por alto o subutilizadas.
Otro de los rasgos más sobresalientes de esta renovación es el uso del hormigón aligerado con esquirlas. En este proyecto, ADT colaboró con Anna Saint-Pierre, una investigadora y diseñadora de reutilización de materiales. Su exploración les condujo a la fábrica de ladrillos DeWulf, donde montones de ladrillos no utilizados y defectuosos, conocidos como 'grog', captaron su atención.
Reconociendo el potencial de estos fragmentos desechados, se embarcaron en una extensa fase de investigación, estableciendo asociaciones con empresas como Cemex y Sols. El objetivo no era otro que refinar este material para su aplicación tanto en interiores como en exteriores. El hormigón aligerado con esquirlas resultante cumple múltiples propósitos.
Más allá de su función estructural evidente, la variación en la densidad del grog en los pavimentos guía sutilmente a los residentes a través de diferentes zonas dentro de la casa. Este enfoque innovador, un homenaje a los principios del diseño sostenible, fusiona lo antiguo con lo nuevo, combinando las columnas de ladrillo existentes con los elementos recién incorporados en una mezcla armoniosa.
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