Hoy en día tanto las reformas de edificios de viviendas, gracias a los famosos fondos europeos Next Generation, como la obra nueva han tomado un gran impulso. Cuando se rehabilita un edificio, lo normal es acometer la rehabilitación conjuntamente de la fachada, puertas, ventanas y cubierta.
Pero muchas fachadas están en peligro de extinción, ¿por qué? porque cerca de un 40% de las que se van a rehabilitar son originalmente de ladrillo y se están utilizando unos sistemas que tapan este material. Así, barrios que tradicionalmente han sido ladrillo caravista y que tenían mucho carácter y mucha fuerza, se están desnaturalizando como consecuencia de estas rehabilitaciones. Y el ladrillo es un producto muy español: somos un país rico en arcillas, especialmente en zonas como Toledo, Segovia o Andalucía.

Durante el boom inmobiliario se llegaron a construir más de 700.000 viviendas al año y el ladrillo era un material esencial. Pero con la fuerte crisis de 2007-2008 se relacionó con la época del frenesí y el peso de este material con respecto a otros comenzó a bajar en la construcción de obra nueva. Sin embargo, Julio Pascual, director general de La Paloma Cerámicas, asegura que en 2022 fue el primer año después de muchos en el que el ladrillo caravista ha ganado terreno al resto de materiales (ladrillo tosco revestido con mortero o SATE, o prefabricados de hormigón).
Pero es posible aumentar aún más esta tendencia porque hay sistemas que permiten rehabilitar manteniendo la fachada de ladrillo. El showroom La Paloma Design Studio V67, creado por La Paloma Cerámicas, muestra toda la variedad de ladrillos que hay tanto para rehabilitaciones, como para obra nueva. Este espacio se muestra casi como un museo del ladrillo: el diseño del interior, la iluminación y la colocación de una amplísima gama de ladrillos con sello español convierten este espacio en una obra de arte.

Situado en la calle Velázquez 67 de Madrid, está abierto para todo tipo de público, tanto particulares que quieran rehabilitar o construir su vivienda, como para profesionales: arquitectos, diseñadores o promotores. El objetivo es mostrar que el ladrillo español no sólo sirve como sistema de fachada, sino también como inspiración estética.
¿Y por qué está en Madrid capital este nuevo showroom? Porque hay mucha densidad de obras, de arquitectos, de profesionales del sector y porque el ladrillo caravista tiene peso: aproximadamente un tercio de las obras que se levantan en Madrid es hacen con ladrillo. Pero Pascual no descarta expandirse a otras ciudades como Málaga, Barcelona o Bilbao.
Tanto en España como en Portugal tenemos la suerte de contar con multitud de arcillas y, aunque predominan las rojas, tenemos también los caolines que es una arcilla blanca. Conjugando este material salen más de 30 tipos de arcilla, tal y como sostiene Julio Pascual. Es decir, consiguen una amplia variedad de ladrillos naturales. Según el experto, la tendencia de los últimos años es ver mucho ladrillo blanco, negro y gris. Es lo que está moviendo ahora mismo el 70% de obra nueva.

El papel del ladrillo en la obra nueva y los fondos europeos
El director general de La Paloma Cerámicas asegura que gran parte de la facturación de la empresa que dirige se refiere a vivienda de obra nueva, aunque la rehabilitación también está cogiendo peso, especialmente tras la aprobación de los famosos fondos europeos. Sin embargo, el ritmo de adjudicación de dichos fondos a proyectos de reformas de edificios de viviendas está siendo más lento de lo que se esperaba. “Hay comunidades autónomas como el País Vasco, como Asturias, como Castilla-La Mancha, que están a la cabeza de obras o de proyectos aprobados con resolución positiva respecto a los presentados”, añade.

Los famosos fondos Next Generation han venido a España no sólo para rehabilitar el parque inmobiliario público, sino también para edificios de viviendas antiguos o con una calificación energética baja. Se trata de ayudas que permitirán a los propietarios de viviendas con baja eficiencia energética rehabilitarlas y hacerlas más eficientes y, así, poder ahorrar en la factura energética. Es una oportunidad única para acometer la renovación energética de los edificios, pues el 80% de las casas en nuestro país tienen una calificación energética baja, de E, F o G. En 2021 se rehabilitaron unas 30.000 viviendas, pero el objetivo es que para 2030 se reformen energéticamente 300.000 propiedades.
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