Las denominadas tierras altas del interior son una región montañosa en el centro de los EEUU. Se caracterizan por estar situadas entre grandes llanuras, siendo de las pocas regiones montañosas entre las Rocosas y los Apalaches. En ellas se encuentra el bosque nacional Ouachita, situado entre Arkansas y Oklahoma. Se trata de un sistema montañoso poco elevado y con grandes asentamientos urbanos en sus cercanías.
Ante esta situación, muchas personas buscan esas tierras para construir cabañas de recreo y de fin de semana. Un buen ejemplo de estas cabañas se encuentra en la ciudad de Broken Bow (Oklahoma), donde el estudio Far + Dang ha diseñado una cabaña para tres familias de Dallas (Texas).
Una cabaña lineal como refugio
Las montañas Kiamichi, ubicadas dentro del bosque nacional Ouachita, en el término de la ciudad de Broken Bow, en el sureste de Oklahoma, es el enclave elegido donde se proyectó la cabaña lineal para tres familias provenientes de Dallas. El estudio de arquitectura estadounidense Far + Dang ha sido el encargado de llevar a cabo el diseño y la construcción de la misma, donde destaca el uso del metal negro en un edificio longitudinal, que permite “desaparecer” en su entorno natural.
“La estrategia de diseño consistía en crear espacios comunes que activaran la ocasión social y fomentaran la transparencia entre los interiores y el exterior, mientras que los espacios de descanso más privados se convirtieran en retiros aislados por sí mismos”, explican desde el estudio de arquitectura.
Este concepto se materializó en una cabaña alargada de 44 m de longitud con una sola planta, situada en un claro del bosque entre robles y coníferas, reduciendo al mínimo la perturbación del paisaje natural. Además, la cabaña “pintada de negro”, lo que permite “esconderse en el bosque”, sobre todo cuando se está lejos. Este color oscuro proviene del revestimiento de metal negro en las paredes exteriores y en los tejados, así como el uso de madera de cumarú brasileña de tonos cálidos en ciertos puntos.
Esta ocultación difiere con las vistas que ofrece la cabaña desde el interior donde, gracias a las numerosas ventanas, se capta perfectamente “la luz del sol anaranjado de Oklahoma a través de los árboles”. El estudio creó, además, un espacio mediador entre el exterior y el vestíbulo de la casa, donde colocó un único arce japonés.
Interiores con volúmenes rectilíneos
El interior de la cabaña cuenta con una serie de volúmenes rectilíneos, cada uno de ellos con una función específica. El volumen de mayor tamaño y más alargado, alberga los espacios comunes en concepto abierto, donde se encuentra el vestíbulo, la sala de estar, un comedor y la cocina. Todo este gran espacio comunica con una terraza cubierta, de la misma longitud, a través de grandes puertas correderas de cristal que permiten crear un espacio único que es a la vez interior y exterior. En la crujía opuesta a este espacios se encuentran dos habitaciones con literas y una sala de juegos y dos baños contiguos, además de una sala multimedia.
Los tres volúmenes perpendiculares de la cabaña disponen sendos dormitorios y cada uno de ellos cuenta con baño y terraza privada. Dos de estos espacios se sitúan en los extremos de la casa, mientras que el tercero se ubica cerca del centro del plano y sobresale más que los otros dos. “Esto permite que haya mucha intimidad y distancia entre los tres dormitorios, y también crea un ángulo y una perspectiva diferentes del bosque en cada uno de ellos”, cuentan desde el equipo de arquitectura.
Los acabados interiores incluyen suelos de hormigón y listones de nogal para techos y paredes. La cocina cuenta con madera de arce para los armarios y cuarzo para las encimeras. La chimenea central está rodeada de azulejos de porcelana de gran formato.
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