Fuera gérmenes y bacterias: si sigues nuestros consejos tus bayetas, fregonas, estropajos y cepillos estarán siempre como nuevos.
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Confiésalo: desde que el coronavirus llegó a nuestras vidas (qué lástima de afirmación, por otra parte) te has hecho mucho más quisquilloso/a con la limpieza y a cada ocasión que puedes, ahí estás, a la caza de gérmenes y bacterias.

En más de una ocasión te lo hemos comentado: donde más bichitos de estos se acumulan en casa es en la cocina (sobre todo fregadero) y en el baño. Así que hoy vamos a contarte cómo mantener siempre impecables tus útiles de limpieza: porque limpiar a menudo está muy bien (hay quien defiende que lo más importante es ensuciar lo menos posible) pero que la escoba, las bayetas y los estropajos estén niquelados es esencial.

Vamos con ello: el consejo de partida es que de cada uno de ellos hagas un mantenimiento diario, así podrás olvidarte de bacterias y olores.

Las bayetas: que no te quede duda, si ha generado como una baba y está pastosa, eso no hay amoniaco que lo arregle. Tienes que tirarla ya. Pero, para el resto de bayetas que no esté en este mal estado, aclárala siempre después de su uso y tiéndela, eso evitará malos olores. Y si tiene olor, ponla en remojo unos cinco minutos en agua con unas gotas con lejía. Huelga decir que tienes que dedicar una bayeta para cada zona: la de la cocina tiene la suya, la del baño otra.

Los estropajos: ¿a que nunca pensaste que podías limpiarlos en el microondas? Pues sí: dentro durante dos minutos, y eso cada quince días. Eso sí, nunca limpies así los de lana de acero (esos que se usan para las suciedades más incrustadas).

Cepillo de barrer: quita las pelusas y sacude cada vez que lo uses (no, no sacudas por la ventana, piensa en el prójimo). Una vez al mes déjalo en agua jabonosa durante al menos 30 minutos, después, enjuaga y deja secar el cepillo de pie.

Fregona: cada semana lávala con agua y jabón y déjala secar al aire libre. Si tiene olor, pon un poco de vinagre blanco al agua de lavarla.

Mopa del polvo: a diario te bastará con sacudirla. Después, una vez al mes al menos, métela en la lavadora.

Cubo de fregar: pon agua templada con lejía, desmonta el escurridor y déjalo dentro de esa mezcla. Déjalo así al menos durante una hora y después, limpia los restos con estropajo. Conviene hacer esta limpieza una vez al mes.

Trapos de cocina: si tienen manchas resistentes, pon lavavajillas o quitagrasas en las mismas y ponlo en la lavadora. Verás que desaparecen como por arte de magia.

Fregadero: cada día límpialo con agua y jabón y desinfecta con una bayeta en la que hayas puesto unas gotas de limón. Después, aclara y seca. Si no tienes limón a mano siempre puedes usar el vinagre, que tiene un gran poder desinfectante.

Guantes: puedes lavarlos con unas gotas de lavavajillas y acto seguido, ponerlos a secar (si quieres que duren evita que les dé el sol directamente cuando se estén secando).

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