Comentarios: 0

El gimnasio de Sant Pau, en El Raval de Barcelona, es una insignia del barrio desde hace más de 75 años, pero su perduración flaquea por temas de solvencia desde hace un tiempo. Para salvarlo, el Ayuntamiento se comprometió a alargar tres años el contrato de alquiler del gimnasio y comprar una parte del edificio para convertirla en 47 viviendas sociales. Hoy los vecinos denuncian que en el próximo plenario municipal, el 25 de mayo, seguirá sin aprobarse la construcción de los pisos.

Desde hace más de dos años, el Sant Pau arrastra deudas por impago pero su singularidad reside en que se trata de un gimnasio social, donde sus socios no pagan cuota debido a su vulnerabilidad económica. 

Salvar el gimnasio va más allá de la continuidad del centro. Entidades vecinales y socios del gimnasio  unieron fuerzas hace más de dos años para evitar el derribo del edificio. La intención, más allá de conservar el pabellón, es una movilización en contra de que acabe en manos de fondos de inversión y pueda suponer la expulsión de sus vecinos, como las asociaciones temen. 

Es por esa razón que recogieron 17.093 firmas hasta el pasado 28 de febrero para llevarlas al Consistorio y allí debatir la iniciativa ciudadana de adquirir municipalmente el gimnasio. De esa forma se lograría evitar el desahucio con prorrogando el contrato de alquiler y, por otra, que el Ayuntamiento levantara pisos sociales en una parte del edificio. 

Según explica el portavoz del gimnasio, Ernest Morera, el edificio podría albergar hasta 50 pisos de protección social "y combatir la gentrificación de la zona, además de garantizar el futuro del Sant Pau". Este proyecto 

La adquisición de este edificio por parte del Consistorio es una de las tres preguntas que Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quería trasladar en una 'multiconsulta' a los barceloneses antes de verano. Sin embargo, las entidades vecinales 

 

Ver comentarios (0) / Comentar

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta