Fin a una de las batallas entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la Generalitat de Cataluña. El ente público ha llevado a cabo la subasta pública de 47 viviendas en Cataluña, de las que sólo 27 han sido vendidas por 3,8 millones de euros, mientras que las 19 restantes no han recibido ninguna oferta. Esta subasta llamó la atención de la alcaldesa de Barcelona, que se mostró contraria debido a que algunas de las viviendas ubicadas en Barcelona tienen inquilinos en su interior.
Trece de las viviendas subastadas se encuentran en Barcelona, mientras que el resto están ubicados en L’Hospitalet de Llobregat, Castelldefels y Gelida (Barcelona), Áger y Tàrrega (Lleida), Segur de Calafell, El Vendrell, Valls (estas tres últimas en Tarragona) y Girona.
No obstante, una de las propiedades, el Mesón del Café de 1909, ubicado en la calle Llibreteria 16, se ha retirado de forma temporal de la venta, ya que la Generalitat está valorando su interés comercial y cultural.
A la subasta han acudido un total de ochenta licitadores, según han explicado fuentes de la Conselleria de Economía. El número de ofertas han ascendido a 156. La Generalitat está obligada a convertir en líquido todas las herencias intestadas, por lo que destinará 2,9 millones de los recursos obtenidos a rescatar pisos procedentes de ejecuciones hipotecarias.
El pasado mayo, el equipo de Colau le pidió a la Generalitat que paralizara la subasta. Argumentaba que los pisos intestados se destinaran a vivienda social. El Govern catalán tiene por ley la obligación de no quedarse con ese patrimonio sin herederos y debe destinar el patrimonio mobiliario y dinero en cuentas corrientes a entidades e instituciones sociales sin ánimo de lucro.
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