Heredar una gran biblioteca, ¿fortuna o maldición? Todo lo que debes saber para sacar la mayor rentabilidad posible a la librería de los abuelos  
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Cómo sacar el máximo partido a la biblioteca de los abuelos
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Texto: Un lector habitual puede acumular a lo largo de su vida una biblioteca de entre 1.000 y 2.000 ejemplares, uno aguerrido o un coleccionista puede sumar miles más. Pero como en tantas otras cosas en la vida, el valor de este patrimonio depende más de la calidad que de la cantidad.

“Quien hereda una biblioteca puede tener un tesoro, pero esto ocurre menos veces de las que les gustaría a los propietarios. Lo que tiene garantizado es un problema, aunque cuando lo resuelva pueda llevarse una alegría”. El perito judicial y profesor de tasación de libros, Felipe Martínez, se explica: “Las decisiones que va a tener que tomar siempre son complicadas, porque para los profanos es difícil averiguar el valor económico de un libro. Lo es incluso para los profesionales, porque hay menos fuentes de información objetiva que, por ejemplo, en el mundo del arte”.

Este experto, también librero y anticuario, advierte sobre un creciente desinterés del libro. “Desde que internet se ha introducido en nuestras vidas con este arrollamiento, al libro le hacen menos caso las nuevas generaciones”. Pese a todo, Martínez sigue viajando por España y el extranjero tasando bibliotecas, porque son muchas las personas interesadas en saber el valor de sus libros y documentos en un mercado siempre en busca de joyas bibliográficas.     

Cómo vender una biblioteca

“Aplicar el sentido común”, afirma un enérgico Martínez: Su consejo es empezar por clasificar las obras, aunque sea de modo intuitivo, separando lo que no tienen valor de las obras que se considera sí pueden tenerlo. Si el montón de los valiosos crece de forma significativa, es cuando conviene preguntarse qué valor puede alcanzar.

Durante este ejercicio, internet se convierte en la principal fuente de información: “Si son libros que se encuentran de 10 a 3 euros, ya está hecha, la tasación. Por el contrario, si hay libros con precio de venta más importantes, es cuando conviene acudir a un profesional”.

Como veremos a continuación, hay varias posibilidades, pero se debe seleccionar un profesional con opinión cualificada e independiente: “A partir de una tasación bien hecha, el propietario estará en posición de decidir”.

¿Qué hacer si la biblioteca no tiene valor?

Internet ha enviado a las antes apreciadas enciclopedias al limbo de los libros sin valor. El mismo destino que a los libros de texto, las colecciones de venta en quiosco, muchas de las novelas del oeste o románticas, las ediciones del Círculo de Lectores y, en general, los libros de autores no apreciados en la actualidad (que no tienen lectores/compradores) que los adquieran.

Si tu biblioteca se compone mayoritariamente de este tipo de obras, hay muchas revistas y muchos de ellos están deteriorados por el uso o mala conservación, lo más práctico es buscar una rápida solución para deshacerse de ella.

Algunas de las opciones son probar si alguna institución la acepta como donación –“lo que no es nada fácil”, se advierte– o vender a peso como papel. Si algunas obras son vendibles, también se puede tratar de localizar un librero que se las lleve sin coste adicional o por un precio simbólico. 

¿Qué libros tienen valor?

El experto sonríe ante la candidez de una pregunta de difícil respuesta, pero Martínez ofrece algunas observaciones que pueden ser de utilidad cuando se evalúa la posibilidad o no de acudir a un experto.

  • Fecha de edición. No necesariamente un libro con 200 años va a tener valor, pero es razón suficiente como para no actuar a la ligera.
  • Tipo de edición. Su aspecto estético es también un baremo importante: “Cuando un libro está maravillosamente encuadernado y el lujo se palpa, también hay que valorarlo con más atención”.
  • Libro ilustrado. Aunque con muchos matices, es un buen indicativo. Por ejemplo, los libros de mapas antiguos, se siguen comercializando en el mercado de láminas, porque el vendedor obtiene un mejor precio que por la venta del volumen. Otro caso diferente, pero habitual, es el del libro del siglo XIX con ilustraciones románticas, por el que no se obtendrá un gran valor de no contar con otras cualidades. 
  • Ediciones completas de autores solicitados. Hay grandes diferencias, algunas de las colecciones de la editorial Aguilar como ‘Obras eternas’, pueden alcanzar un valor importante. Otras ediciones completas habituales, como de premios nobel o Planeta, tienen menor valor, pero si el autor sigue despertando interés entre los lectores, el precio por tomo podría oscilar entre 50 y 10 euros.
  • Primeras ediciones en buen estado. Unido al punto anterior, la tasación también puede incrementarse cuando además de solicitado el autor, es una primera edición, normalmente más cuidadas. Otro tema son las primeras ediciones de obras clave, como ejemplo se cita que una primera edición de Romancero gitano, que podría sobrepasar los 3.000 euros, “y mucho más si lo vendes en Estados Unidos, donde es muy apreciado”.
  • Libros raros. Hablamos de un concepto complejo. Un libro puede ser considerado como tal según su presencia o ausencia en las bibliotecas públicas, pero también en el mercado. “Desde el punto de vista mercantil, se consideran las dos variables, pero quizá sea más importante, su rareza del mercado”, opina el experto.
  • Libros con firmas o sellos de anteriores propietarios. “Otro factor de rareza son las adiciones que puede tener un libro, como una dedicatoria”. Y si bien en muchos casos no añade un porcentaje importante a su valor, muchos autores firman miles durante las ferias del libro, en otras puede convertirlos en únicos. Volviendo al ejemplo de la obra de Lorca, el valor de ese Romancero gitano con uno de sus dibujos a colores sobre toda una hoja sería altísimo. Algo similar ocurre cuando la pertenencia del libro se puede atribuir a ciencia cierta a alguna persona relevante o a una institución.  

Dos tipos de volúmenes que pueden inducir al error son los libros religiosos, como lujosas Biblias, o reimpresiones en facsímil de libros clásicos importantes. Aunque en muchas ocasiones se comercializan como auténticas inversiones, el propietario se puede llevar una mala sorpresa a la hora de tasarlo.  

¿Cómo trabaja un tasador?

El primer consejo es diferenciar entre los servicios de tasación y la actividad de compraventa de libros, que en algunos casos puede incluir un servicio de tasación. En este segundo caso, se debe tener en cuenta que se ejerce de juez y parte.

Y de nuevo, el consejo es acudir al sentido común: “Cuando se sospecha que puede haber un valor económico de cierta importancia, es mejor contratar una tasación independiente”.

Felipe Martínez avanza que mucha gente tiene miedo a la factura, sobre todo si se calcula sobre un porcentaje del valor estimado de la biblioteca. Para facilitar la toma de decisión, en su caso se ofrece una primera tarifa de 15 euros hasta los 1.000 euros de valor tasado. A partir de esa cantidad, se elabora un presupuesto en el que el porcentaje va descendiendo gradualmente a medida que el valor de la biblioteca es más alto, “pese a que la responsabilidad del tasador es más alta”, explica.

Estas tarifas se corresponden con un modelo de tasación muy procedimentado, que comienza con el envío de fotografías con los lomos de los libros en las estanterías, y siempre que el experto no tenga que desplazarse. Cuando por su importancia hay obras que necesitan de un informe bibliográfico adicional, que explique y justifique su valor, se tarifa aparte en función de su número. 

¿Dónde se puede vender una biblioteca?

En muchos casos el servicio de tasación se acompaña de una sencilla consultoría sobre los mejores canales de venta en cada caso. Pero el experto avanza que, de nuevo, “no hay ni una fórmula absoluta, ni un único mercado”. 

  • De particular a particular. Lo más habitual es que sea por internet, lo que implica una importante dedicación en la realización de fotos, redacción de descripciones y seguimiento. Quienes quieran sondear esta opción, tienen en la web Todocolección.net, su mejor aliado, aunque también pueden utilizarse otras plataformas tipo Wallapop. La recompensa al trabajo y tiempo de espera (puede ser años), es que es la opción más rentable desde el punto de vista del propietario.
  • Librero. Su principal ventaja es la operativa, se llega a un acuerdo, se recibe el dinero y el librero se los lleva. El inconveniente, una vez más, es el precio. Martínez explica que “el valor comercial de una biblioteca siempre va a ser muy inferior al valor monetario uno a uno, por lo que el librero nunca va a pagar una cantidad que coincida con la que piensa el propietario”.

Dicho de otro modo, el precio va a estar sobre todo fundamentado en los libros que puedan tener salida comercial. De este modo, si los libros tienen realmente demanda, el librero es una buena opción, porque estará dispuesto a pagar.  

  • Casa de subastas. “Cuando se tiene prisa es una buena opción”, explica Martínez, “el inconveniente es un precio más bajo, de hecho es donde compramos los libreros”. En estas operaciones suele tener salida los libros vendibles, y se devuelven al propietario los volúmenes de vía comercial complicada. Todo el proceso está facilitado por la propia casa de subastas a cambio de una comisión, la más habitual del 20% al vendedor y otro porcentaje igual al comprador.
  • Anticuario. Estos profesionales que incluyen libros en su oferta funcionan de modo muy similar al librero, con el inconveniente de que sus conocimientos no acostumbran a ser tan expertos en esa materia.
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1 Comentarios:

Felipe
22 Marzo 2022, 18:20

Yo vendí mi biblioteca en libreríacompraventa.com, pagan bien y rápido

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