Vivimos en una sociedad cada vez más rápida. No solo queremos más cosas que nunca, sino que lo queremos lo antes posible. Con Internet esta necesaria inmediatez se ha visto compensada con las compras online, los buscadores y las redes sociales. Incluso para aspectos tan importantes como las viviendas o los lugares de trabajo, resulta necesario tenerlos listos con gran rapidez y disponerlos inmediatamente.
Esta inmediatez es lo que ofrece el equipo de Backyard Workroom (BW) en sus productos: unas casas móviles y prefabricadas que pueden estar listas para ocuparlas en tan solo 30 minutos.
¿Necesitas un estudio o una casa pequeña? Pásate en media hora
El equipo de Backyard Workroom nació en 2020, en plena pandemia mundial, en Plano (Texas), de la mano del CEO Eric Benavides. Su idea primordial fue crear unos kits de casas pequeñas para ser montadas e instaladas en un tiempo récord: 30 minutos.
Tanto es así que la youtuber Kristina Smallhorn retó al equipo a construir una casa antes de que ella terminara de hervir una olla de langostas. Backyard Workroom perdió, pero a su vez se pudo comprobar que en 30 minutos tenían un estudio completo y listo.
Estos kits de casas prefabricadas que ofrece Backyard Workroom permiten una gran versatilidad, como ampliar la superficie de la vivienda actual, crear un nuevo refugio en el jardín, o cerca de alguna playa, lago o montaña, e incluso montar un estudio de forma inmediata.
Otro de los aspectos interesantes de estos kits es su fácil ampliación. Los clientes pueden empezar con un pequeño kit de estudio y, en el momento que se necesite más espacio, pedir una extensión que se añadirá al que ya se posee. Estos pequeños kits comienzan sus precios en los 43.500 (unos 42.000 euros). Una opción más completa es la de empezar directamente con una casa grande con tres dormitorios, cuyo precio es de 93.500 dólares (unos 90.500 euros).
Ensamblaje y materiales para la inmediatez
Además de la inmediatez, otra de las ventajas de estos kits es su facilidad con la que se consigue levantar gracias a su diseño. Su estructura se forma con unos paneles entrelazados que se ensamblan de forma rápida y eficaz, como si fuera un mecano.
Otra de sus puntos fuertes es el método de su construcción. Como se trata de paneles estructuralmente aislados (SIP), las paredes, el suelo y el tejado pueden transportarse en un solo viaje en una furgoneta grande. Asimismo, también se debe destacar el aislamiento de las paredes, con un índice R-21, y el del techo, con una clasificación R-42 de 20 centímetros de aislamiento. Los paneles de techo, además, cuentan con una capa de poliurea.
Desconectando de la red y de los vecinos
Para quienes buscan, más allá de la inmediatez y un sistema versátil de módulos, la desconexión a la red eléctrica, al vecindario y a la posibilidad de trasladarse a nuevos parajes, estos kits son una buena opción. Permiten la desconexión de la red, o directamente ser autosuficiente, y vivir en medio de la naturaleza, con la instalación de placas solares, un inversor y un conjunto de baterías.
Una de las ventajas de la movilidad que ofrece es que, si tras un cierto tiempo no se está cómodo en un vecindario o, simplemente se quiere cambiar de entorno, es posible desmontar la vivienda y volverla a montar con la misma facilidad que la primera vez. Para ello, solo hay que preocuparse de su transporte. Un transporte que, como hemos visto, no tiene grandes complicaciones. Su fácil montaje y transporte permite asentarse en tantos lugares como se quiera.
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