El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido no expropiar el edificio que alberga al Ateneu del Clot, descartando así la principal demanda de las entidades vecinales del barrio, que ven en esta medida la única vía para evitar el cierre de la histórica institución. Según fuentes municipales, el gobierno local, a través de la regiduría del distrito de Sant Martí, mantiene una comunicación activa con los vecinos con el fin de encontrar una solución. El propietario del edificio, que tiene alquilado parte del inmueble a Mercadona, no estaría interesado en renovar el contrato de alquiler con el Consistorio.
Sin embargo, el tiempo juega en contra, ya que el desalojo del Ateneu podría suponer el incumplimiento del acuerdo alcanzado por unanimidad en el pleno del distrito de octubre, en el que todas las formaciones políticas se comprometieron a “encontrar una fórmula para garantizar la continuidad de la entidad en su sede actual o pactar un alquiler hasta que se le asigne un nuevo local adecuado”. Desde la Asociación de Vecinos del Clot explican que el rechazo a la expropiación es "temporal" y que podría revisarse en unos meses.
El Ateneu del Clot es una institución con 46 años de historia en el tejido asociativo de los barrios de Clot y Camp de l'Arpa, y lleva operando los últimos 17 años desde su sede en la calle de Muntanya. No obstante, el contrato de alquiler vencerá en enero de 2025 y, según los vecinos, el Ayuntamiento no ha propuesto hasta ahora una solución clara, a pesar del compromiso adquirido en el pleno.
Desde el consistorio se ha sugerido trasladar la actividad del Ateneu a módulos prefabricados, una propuesta que, según las entidades, no cumple con el estándar de “espacio digno y consolidado” que el gobierno municipal había prometido.
Los vecinos consideran que la expropiación era la opción más factible para garantizar la continuidad del Ateneu. Según explican, la próxima aprobación del Plan General Metropolitano (PGM) en marzo podría permitir la adquisición del edificio y su conversión en un equipamiento cultural de uso público. Sin embargo, el consistorio descarta esta medida porque el PGM aún está en fase de alegaciones, lo cual podría abrir la puerta a posibles cuestionamientos jurídicos.
Mientras tanto, y ante la negativa del propietario a renovar el alquiler, el Ayuntamiento está explorando otras alternativas, como la búsqueda de locales alternativos o la posibilidad de compartir espacio con otras entidades en edificios municipales.
Este conflicto no es nuevo y se remonta a la época en que Ada Colau dirigía el Ayuntamiento de Barcelona. Durante su mandato, el consistorio mantuvo una relación cercana con diversas asociaciones y centros vecinales, en línea con su apuesta por políticas de acceso a la cultura y apoyo a entidades sociales. Sin embargo, esta relación también generó críticas, ya que muchas de las soluciones propuestas por el equipo de Colau se percibieron como insuficientes o temporales.
En el caso del Ateneu del Clot, se dieron pasos para garantizar la estabilidad de la entidad en su sede, aunque nunca se llegó a concretar una solución definitiva para asegurar su continuidad a largo plazo. La falta de un acuerdo de expropiación y la inexistencia de una sede alternativa consolidada siguen siendo un punto de conflicto que las administraciones locales aún no han resuelto.
Frente a la falta de una solución y el riesgo de perder su espacio en cuestión de meses, vecinos y miembros del Ateneu del Clot se movilizaron la semana pasada organizando una manifestación que recorrió el distrito de Sant Martí. Cerca de un centenar de personas marcharon hasta la audiencia pública del distrito, portando pancartas con lemas como “El Ateneu no se toca” y “Por la cultura y el barrio, defendamos nuestros espacios vecinales”. La movilización subraya la urgencia del conflicto, ya que, sin una solución definitiva, el Ateneu del Clot podría enfrentarse a un desalojo inminente, poniendo en peligro la continuidad de un espacio fundamental en el movimiento vecinal de Sant Martí.