En la actualidad, el diseño de interiores se ha consolidado como una disciplina que trasciende la mera estética para convertirse en un reflejo de la identidad y funcionalidad de los espacios en que habitamos. Con las tendencias emergentes, las innovaciones tecnológicas y un renovado enfoque en la sostenibilidad, el interiorismo se encuentra en una fase de transformación que responde tanto a los cambios culturales como a las necesidades individuales de confort y bienestar.
El interiorismo moderno explora la intersección entre el arte y la funcionalidad, donde cada elemento del espacio tiene un propósito definido, sobre todo en el diseño de lujo, un sector exigente a la vez que deslumbrante. Por ello, idealista/news se ha 'colado' en una casa ubicada en el madrileño barrio de Puerta del Ángel y reformada por el diseñador de interiores Alejandro Guzmán, fundador de Altelier Studio y exalumno de la Escuela Madrileña de Decoración.
Guzmán, que fue galardonado en 2023 con el premio Promesa de Interiorismo, que la misma Escuela otorga, y define su estilo como un “clásico renovado”. Se declara “muy fan de la fotografía” como elemento decorativo, sobre todo si es en blanco y negro, además, hace hincapié en las emociones: “es muy bonito hacer un proyecto en el que digamos que es muy bello, pero si no genera sensaciones, para mí es un proyecto que no funciona”.
¿Cómo y cuándo comenzó tu carrera en el mundo del interiorismo?
Mi carrera en el mundo del interiorismo nació en el año 2016, después de una larga trayectoria en el mundo de la moda, porque me dediqué al mundo del retail, muy enfocado también en el escaparatismo y el visual. Pero bueno, la verdad que mi verdadera pasión era el interiorismo y a partir de ahí es cuando realmente me lancé.
Has trabajado en moda, ¿por qué has cambiado de sector?
Fue al revés. En realidad, yo estudié hace muchos años la carrera de interiorismo, pero la vida me llevó por otro camino y al final acabé trabajando para empresas italianas de moda (Versace), y ahí es donde yo descubrí que aparte del mundo de la moda, me gustaba todo lo relacionado con la decoración, dentro de lo que es el escaparatismo y el visual.
Ahí estuve bastantes años, pero lo que realmente a mí lo que me latía era crear espacios no efímeros, por eso yo decidí dejar el mundo de la moda y enfocarme en el mundo del interiorismo.
¿Cómo definirías tu estilo actual
Lo defino como un clásico renovado, porque yo amo los clásicos y nos fundamentamos en las líneas clásicas jugando mucho con el mueble contemporáneo.
Estamos en una vivienda diseñada íntegramente por ti, ¿es uno de los mejores proyectos de tu carrera?
Sí, el proyecto que más me ha marcado a lo largo de mi carrera es este de aquí. Porque pude expresar todo lo que nació de mí con respecto a la creatividad y, además, los clientes pusieron plena confianza en mí. Cuando se combinan estas dos cosas, que es creatividad y confianza por parte del cliente, salen proyectos muy, muy especiales.
Cuando se combinan estas dos cosas, que es creatividad y confianza por parte del cliente, salen proyectos muy, muy especiales.
Técnicamente hablando, ¿en qué te has basado para realizar este diseño?
Queríamos tener un espacio que respirase un ambiente muy neutro y combinar diferentes estilos, entre ellos el Mediterráneo, por los clientes son amantes de la isla de Ibiza y querían las tonalidades tierras de la arena. Trasladando esto a Madrid capital, lógicamente había que darle una vuelta.
Por otro lado, el edificio es de líneas rectas, por lo que, para darle naturalidad, apostamos por un mobiliario curvo. Hemos roto esas líneas rectas en los techos con arcos los dormitorios y las puertas.
¿Cómo influyen las emociones en el interiorismo?
Las emociones influyen muchísimo en el interiorismo, para mí es lo más importante de todo. Es muy bonito hacer un proyecto muy bello, pero si no genera sensaciones, para mí es un proyecto que no funciona. Lo mejor es ver qué reacciones tienen las personas en los espacios y lo que te hacen sentir. El foco yo siempre lo suelo poner en qué quiero generar y qué sensaciones quiero que reciba la persona que lo va a habitar, creo que es fundamental.
Hay que hacer espacios en los que el cliente se sienta cómodo y se sienta en aquel sitio que él ha soñado estar.
Las emociones influyen muchísimo en el interiorismo, para mí es lo más importante de todo. Es muy bonito hacer un proyecto muy bello, pero si no genera sensaciones, para mí es un proyecto que no funciona.
¿Cuáles son las tenencias actuales del interiorismo a nivel nacional y mundial?
En España creo que seguimos muy enfocados en esa parte orgánica, y este año, además, siguen en tendencia los tonos marrones, los tonos tierras muy parecidos a la tierra. Yo creo que estamos en esa línea y va a seguir bastante por ahora.
A nivel mundial es muy diferente. Tú miras arquitectos del resto de Europa o de Estados Unidos y estamos todos ahora mismo en la misma línea, llegar a las raíces y utilizar materiales nobles.
¿Qué es lo que más demanda un cliente en una vivienda de lujo?
La gran diferencia se ve con los extranjeros, trabajamos con muchos mexicanos y venezolanos que miman mucho la calidad: todo de primeras marcas y de muy buena categoría. Dan muchísima importancia a electrodomésticos de gamas altísimas y, sobre todo, el arte, invierten mucho en arte.
¿Hay mucha diferencia con el cliente de lujo español?
Sí, se nota muchísimo la diferencia, el extranjero vienen con un concepto completamente distinto, quiere la mayor calidad e invierten mucho más; mientras que el español quiere calidad, pero su inversión es más baja.
Sí, se nota muchísimo la diferencia, el extranjero vienen con un concepto completamente distinto, quiere la mayor calidad e invierten mucho más
¿Cómo es trabajar para un cliente con tantas expectativas?
Trabajar para personas de alto nivel adquisitivo, y que tienen muchas expectativas, a veces es un hándicap que hay que trabajar, porque evidentemente la exigencia no siempre es fácil, pero yo creo que ahí entra una parte de lo que es la psicología, tenemos que estudiar muy bien al cliente que tenemos enfrente. La escucha activa es fundamental y, sobre todo, que esas personas que depositan la confianza sepan lo que tenemos entre manos. No hay que distinguir si tienen más o menos nivel, pero la exigencia es mayor.
¿Cómo ha influido tu paso por la Escuela Madrileña de Decoración?
La Escuela fue un descubrimiento para mí, lo volvería a repetir porque lo disfruté muchísimo. El tiempo fue corto pero intenso, la formación es excelente, sales muy preparado. Siempre lo aconsejaré, además, después te siguen ayudando a caminar en un el mundo laboral. Fue una experiencia maravillosa.
¿Y el premio Promesa de Interiorismo?
Aparte de ser una gran sorpresa, fue un momento muy especial porque te da repercusión y visibilidad. Creo que, a raíz de ahí, más empresas se interesan por ti y te dan mayor apoyo
Y, por último, ¿cuáles son tus proyectos de futuro?
Tenemos previsto, si todo va bien, hacer un restaurante y una cafetería, de los que tengo muchas ganas porque, aunque ya hicimos un restaurante, es un modelo completamente distinto.
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