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El balance final de un año complicado y la esperanza de que todo mejore en la segunda mitad de 2021
GTRES

Han pasado ya nueve meses desde aquel primer decreto de estado de alarma donde nos veíamos en la obligación de confinarnos en nuestras casas y empezar a gestionar una nueva forma de vida y de trabajo, a la que nunca, al menos nuestra generación ni la anterior, nos habíamos enfrentado.

Echando la vista atrás, hemos tenido que adaptarnos, día a día, a las situaciones sobrevenidas y mentiría si no dijera que no ha sido complicado en algunos momentos. No es menos cierto también que es todo un privilegio y orgullo poder desarrollar nuestra labor profesional en un sector como el de los seguros y en una entidad como la Mutualidad de la Abogacía, donde, con gran esfuerzo de todos los que la integramos, hemos salido adelante dando lo mejor de nosotros, cumpliendo objetivos y posicionando más si cabe a nuestra entidad.

Entrando ya de lleno en el aspecto inmobiliario, recordemos las situaciones que nos han tocado vivir y que, por desgracia, aún no han finalizado: múltiples negociaciones con nuestros arrendatarios que, en alguna de las ocasiones y tras exhaustivos análisis de su situación, han devenido en bonificaciones temporales de renta, resoluciones anticipadas o incluso, novaciones contractuales, adaptando las nuevas reglas de juego a los contratos actuales.

También hemos visto algunas negociaciones que, tras varios intentos de acuerdo, han acabado en demandas -por suerte tan sólo una y, aun así, se acabó desistiendo de la misma por alcanzar el consenso-; ejecuciones de garantías por impago de rentas -en este caso, tan sólo en dos ocasiones, después de varios intentos de acuerdo infructuosos-; y ya, por último, concursos de acreedores presentados por alguno de nuestros arrendatarios. A pesar de todo, lo anterior, se podría decir que el impacto en Presupuesto ha sido mínimo gracias a una cartera defensiva y a su estudiado reparto en tipologías y arrendatarios, no concentrando así, como se suele decir, “todos los huevos en la misma cesta”.

Todo lo indicado anteriormente, que podría responder más bien a una posición reactiva con respecto de la gestión de nuestra cartera inmobiliaria, no ha omitido ni mucho menos la necesaria postura proactiva que todo gestor debe acometer, incluso en tiempos como los que estamos viviendo en donde parece que lo más urgente e importante es solventar los problemas a corto plazo, entendiendo que, efectivamente, hay que hacerlo, pero sin dejar de mirar al futuro.

Tanto es así que hemos conseguido avanzar en otros aspectos como la consecución de la certificación Breeam de nuestros principales activos inmobiliarios, adaptándonos a los estándares de sostenibilidad que tanto demanda el mercado y en el que la Mutualidad está completamente alineada a través de su plan de Responsabilidad Social Corporativa. Además, hemos continuado con nuestra actividad inversora, habiendo culminado con éxito la adquisición de algunos inmuebles representativos y que, seguro, serán un valor refugio para el presente y futuro, sin dejar de analizar todas las oportunidades que cubrían nuestro perfil inversor.

Y después de este año que ya acaba, ¿qué esperamos que ocurra a lo largo del siguiente ejercicio? Nuestras impresiones, después de mucho análisis y estudio del mercado, es que el primer trimestre y casi con total seguridad el segundo, van a ser difíciles. Muchas empresas que están aguantando gracias a “respiradores artificiales” van a dar síntomas de agotamiento. Esto traerá, por desgracia, cierres definitivos de compañías y despidos de plantillas, agravando, aún más, esta situación de incertidumbre que estamos viviendo a pesar de los diferentes estímulos económicos anunciados desde Europa.

No obstante, siendo positivos, considero que, además de las nuevas compañías que se están creando y que se crearán ya adaptadas a esta nueva realidad, si antes de verano una parte importante de la población ha podido ya vacunarse, experimentaremos un repunte de nuestra economía y un aumento del consumo, pudiendo volver a ver de nuevo el crecimiento del PIB por la vía del tan ansiado turismo y toda la actividad económica que genera a su alrededor.

Mientras tanto, está en nuestra mano impulsar una nueva generación de confianza y tranquilidad sanitaria, que haga volver a ver de nuevo las calles llenas de gente y alegría. Debemos ser positivos, aguantar unos meses más y confiar en que, más pronto que tarde, volveremos a ver la luz. Quién sabe si, después de todo, podremos disfrutar de nuevo de unos Felices Años 20.

Carlos Pérez-Baz es director de Inversiones Inmobiliarias de Mutualidad de la Abogacía y gestiona un portfolio compuesto por 45 inmuebles. Esta es su visión sobre el día a día en la gestión de una cartera de perfil “Core” y del  mercado desde el prisma de una aseguradora.

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