La gestión profesional da garantías legales al propietario y estabilidad al inquilino, evita disputas y permite mejorar la oferta
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Las razones por las que España debe avanzar hacia la profesionalización de los alquileres
idealista

En la gran mayoría de sectores, sobre todo en los que la gestión y los servicios al cliente conllevan una gran complejidad, está aceptada, sin titubeos, la intervención de un profesional cualificado.

Así, la mayoría de las comunidades de propietarios de España contrata a administradores de fincas para que las gestionen. Sin la figura de un experimentado administrador profesional que dirigiera las juntas y pusiera orden en todas las disputas que se plantearan, la conflictividad sería mucho mayor. También, por ejemplo, cuando se desea realizar una inversión en bolsa, se acude a una entidad financiera para que te asesore y se encargue de toda la tramitación financiera. Y así, podríamos seguir dando ejemplos en cada materia.

¿Qué sucede con los arrendamientos urbanos? Si buceamos un poco en su historia, hace más o menos unos 70 años, estaban totalmente arraigados a un uso que hacían los particulares y familias, bien alquilando alguna habitación de la vivienda donde residían, para complementar ingresos, en un modelo mixto entre alquiler de habitaciones y pensión; o simplemente en el alquiler de otra vivienda, tarea que llevaba a cabo el propio propietario particular o a lo sumo con la ayuda y “gestión” del portero de turno. Evidentemente en esa época, lo profesional brillaba por su ausencia. 

En las diferentes etapas de modernización que hemos ido viviendo en España, en nuestra sociedad, en la cultura y por supuesto en la economía, hoy día el alquiler residencial, frente a otros sectores, tiene ciertas herencias del pasado, y son muchos los propietarios particulares que deciden alquilar por su cuenta y esto está provocando, en muchos casos, una alta conflictividad en materia de alquileres. Desde cláusulas abusivas o ilegales en los contratos, impagos, o situaciones donde los propietarios son auténticos rehenes de sus inquilinos. Esta alta conflictividad se podría reducir a mínimos, profesionalizando la gestión de los alquileres, y sacándola de la mano de los particulares.

El alquiler requiere de una gestión profesionalizada que sea llevada a cabo por profesionales en la materia, con una formación continua, no solo porque lo que hay en juego tiene enorme trascendencia económica, sino también legal. No hay más que ver cómo en los últimos años los arrendamientos urbanos dependen de varios regímenes jurídicos, y permanentes reformas, donde un particular no tiene los conocimientos necesarios, por ejemplo, para redactar un buen contrato de alquiler, gestionar el arrendamiento y hacerlo cumplir.

Actualmente la gestión diaria del alquiler de viviendas requiere de mucha experiencia, medios para llevarla a cabo, y un conocimiento profundo de una normativa que, como he subrayado anteriormente, con todos los cambios que se han producido, es muy compleja y cambiante. Dichas cualidades sólo las pueden ofrecer empresas que se dediquen a la gestión de los alquileres, y de eso se benefician tanto arrendadores como arrendatarios. Especialmente cuando en la gestión profesional, se garantiza al arrendador, el pago de las rentas, haciéndose responsables directos de los retrasos o impagos. De esta manera desaparecería prácticamente la conflictividad actual en los alquileres.

Una gestión profesional afianza el alquiler, convierte al alquiler en una buena opción para todos, ofreciendo total seguridad al propietario y una buena opción de vida y de estabilidad para la mayoría de las personas y familias que deseen vivir de alquiler.

Pero el problema actual de la enorme conflictividad existente en materia arrendaticia, es que en un arrendamiento se juntan dos partes antagónicas como son arrendador y arrendatario, que, en la mayoría de las ocasiones, no tienen las cualidades indicadas anteriormente de experiencia en la gestión, medios para llevarla a cabo, ni conocimientos sobre la materia. Además, se junta otro ingrediente esencial: los intereses que tienen estas dos partes en el arrendamiento son contrapuestos, lo cual forma en coctel explosivo, que en muchísimas ocasiones desemboca en incumplimientos de contratos e impagos de renta.

Para evitar esta conflictividad, se hace todavía más necesaria la figura de un gestor profesional que seleccione a los inquilinos con criterios financieros de solvencia, para que éste, no solo quiera pagar la renta, sino que finalmente pueda hacerlo. La gestión integral de los alquileres es la que pone en orden todas las disputas que se pudieran plantear en base a sus conocimientos, experiencia en la gestión y medios para llevarla a cabo, igual que hacen los administradores de fincas en las comunidades que administran, donde también los vecinos tienen intereses diferentes y requieren de un gestor profesional que ponga orden.

Hay que avanzar, inexorablemente, hacia la profesionalización de los alquileres, que significa algo todavía más importante: la profesionalización de la oferta. Porque, cuidar, consolidar y hacer crecer la oferta, sabemos que afecta de manera positiva a los precios, mejorando el acceso a la vivienda, que es lo que la sociedad necesita.

José Ramón Zurdo Orihuela es Director General de la Agencia Negociadora del Alquiler, abogado especialista en arrendamientos urbanos y árbitro del Consejo Arbitral de la Comunidad de Madrid.

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