
Leemos estos días en algunos medios, especializados y generalistas, acerca de la posibilidad de que Madrid cuente, entre sus símbolos e iconos del siglo XXI, con una estructura, en la que la arquitectura y la ingeniería se funden, con forma de noria gigante, aunque su estructura definitiva se asemeje más a un icono arquitectónico en el que la función propia del artefacto se subsume en su arte final, para constituir un nuevo, moderno y bello icono de la ciudad de Madrid. Tendrá una altura de 260 metros, con lo que se convertiría en la noria más alta del mundo y en la construcción más alta de España. Su ubicación, una zona elevada en el madrileño Parque Enrique Tierno Galván, haría visible la construcción desde casi toda la ciudad.
Pues bien. Es esta una de las iniciativas que estamos promoviendo desde Madrid Foro Empresarial. La sociedad civil propone así la construcción de un nuevo icono que se inserta de lleno en la intención y estrategia de hacer de la capital de España una metrópoli moderna, una ciudad global. Con esta construcción se cubren muchos de los aspectos, esenciales según mi criterio, que ya he traído a nuestro Punto de Encuentro en otras ocasiones.
Así, se convierte en polo destacado de regeneración urbana envolviendo, así debe ser, a múltiples actores, públicos y privados, a organizaciones y sociedad civil y a los vecinos, a los que habrá de considerarse durante todo el proceso, materializando así la intervención ciudadana como eje de un proceso propio de una gobernanza moderna y participativa. Tenemos ejemplos muy cercanos que servirán para parametrizar y contextualizar el proceso. Ahí el reconocimiento internacional conseguido por la ciudad de Bilbao con la obra del arquitecto Fran Ghery, el Museo Guggenheim. Y más cerca aún, la revitalización económica, ambiental, social y cultural tras la remodelación del Museo del Prado y la creación del Paisaje de la Luz. Estrategias de ciudad a gran escala, con intervenciones urbanas destacadas y generadoras de impacto urbano positivo, con arquitectos de prestigio y construcciones icónicas.
Siempre traigo a este Punto de Encuentro la necesidad de ejercitar el oficio de la mirada, que será el que conforme la realidad subjetiva, individual y colectiva, del madrileño del siglo XXI. Esta construcción supondrá una experiencia iconizada de la vida cotidiana de los ciudadanos, incidiendo así en la identidad del madrileño a través de la identificación con la imagen de su ciudad. Máxime si se considera su ubicación, el parque, el espacio público, donde el ciudadano expresa su relación entre cultura, lenguaje y naturaleza, entre lo simbólico y la comunicación, su identidad.
Una iniciativa de estas características resultará, sin duda, en una dinamización del tejido urbano, de las relaciones vecinales, de la estructura empresarial del barrio, que habrán de considerarse como conformadoras de una estrategia urbana que procure un desarrollo equilibrado, a través de una eficaz gestión urbana integradora e integral. Esa estrategia urbana se convierte en el cimiento sobre el que se irá desenvolviendo un proceso de generación progresiva de recursos que redundarán en beneficio de un barrio, Legazpi, de un distrito, Arganzuela, de una ciudad, Madrid, y de un territorio, la Comunidad de Madrid.
Supondrá la actualización, regeneración y culminación de la transformación del Cerro de la Plata, antigua cantera, que comenzó en la década de los 70 y supuso el verdadero inicio de una política de muy hondo calado que, afortunadamente, ha llegado hasta nuestros días, de un movimiento que pretendía transformar a Madrid en una ciudad más habitable, asumiendo como estrategia definitoria la necesidad de ofrecer a los madrileños un espacio cultural y recreativo. Allí fue donde se instaló el Planetario de Madrid, donde muchos jóvenes acudíamos a soñar con el futuro. Historia, pulmón verde, lugar de encuentro, ubicación estratégica para construir el que habrá de ser icono de Madrid Ciudad Global, de una de las metrópolis más importantes e influyentes del planeta.
Esta construcción cumplirá, además, con la función de la innovación y la creatividad en el entorno urbano, desempeñando un papel esencial, a través de la arquitectura y del diseño, de la estética y la percepción, en la dinamización cultural de su área de influencia y, en consecuencia, en el aumento progresivo de la competitividad. En este sentido, quedará englobado este nuevo icono en lo que Hirschman, al hablar de grandes proyectos, considera como “partículas privilegiadas del proceso de desarrollo urbano”, con impacto local y global, encuadrado en los procesos llamados trait-making, diseñados para cambiar de manera ambiciosa la estructura de la ciudad y de la sociedad, en contraposición a proyectos más pequeños o convencionales, trait-taking, que encajan en estructuras y estrategias preexistentes y que no se modifican ni tienen el mismo impacto que los anteriores. Esta noria se convertirá en un proyecto urbano con capacidad para transformar la imagen de Madrid y será percibido por los madrileños como catalizador de crecimiento y como vínculo cultural, económico y social en la escala global.
Suelo insistir a mi sufrido lector en la necesidad de una ciudad como Madrid de generar iconos simbólicos para que los ciudadanos puedan construir ideas de orgullo urbano e identidad social. Pues bien, esta es la oportunidad que no podemos perder. Esta nueva construcción, unida desde su concepción al origen histórico de su ubicación, a la preservación ambiental de su extraordinario entorno, a la mejora y actualización de infraestructuras preexistentes y a la generación de otras nuevas, a la revitalización de áreas de vivienda de baja renta, a la revalorización del entorno urbano y del mercado, resultará en la modificación o consolidación de la identidad, del orgullo urbano de los habitantes del distrito, de los madrileños y de los visitantes de este espacio único y singular. Los vecinos, ciudadanos y visitantes de una construcción tan moderna y singular se reconocerán en ella y en los espacios en que se ubica como miembros de una comunidad activa y vibrante donde recrearán su historia colectiva y desde ella confrontarán con el cambio, la innovación. Pasado, presente, futuro, orgullo y símbolo de su ciudad, que camina, se renueva, convive con aquel extraordinario pasado y con su brillante futuro.
En el pasado, fueron las grandes iglesias y las catedrales las que se constituían en hitos urbanos. Sus altas torres eran punto de referencia, punto de encuentro para los habitantes de la ciudad y para sus visitantes. Cuando hablamos de la ciudad contemporánea, la real y la imaginada o deseada, la identificación de los elementos que sirvan de referencia es más compleja, más líquida. Se hacen necesarios, también, los significados de modernidad. La noria de que hablamos es, pues, también, una excelente oportunidad para generar un nuevo elemento icónico que se incorpore a la imagen urbana que Madrid ha de trasladar al mundo como ciudad global. No será solo un icono-símbolo local más, su singularidad contribuirá a diferenciar a Madrid de sus competidoras, permitiendo su posicionamiento sólido en un mercado urbano global, donde las ciudades que saben adaptarse y evolucionar construyen una herencia patrimonial que sobrevive y navega en un panorama urbano global cada vez más líquido, más exigente.
Nadie trate de contraponer la defensa que hoy hago de este nuevo icono con la imprescindible inversión en equipamientos, vivienda, sanidad, educación, transporte. En este ideologizado mundo en que vivimos, en que todo ha de ser blanco o negro, con esta defensa algunos estarán tentados de definirme como ultraliberal o vaya usted a saber. Bien. No es momento para contestar demagogias. Todas esas infraestructuras y equipamientos son, claro, esenciales. Pero lo cortés no ha de quitar lo valiente. Nada hay incompatible en la propuesta. Muy al contrario. En todo caso, en una estrategia urbana eficaz no cabe desdeñar, so pena de caer en el más estrepitoso de los fracasos, la necesidad de generar ilusión, de atraer y focalizar energías, de favorecer y promover la creatividad. De aunarlo todo buscando la diferenciación, la singularidad, el liderazgo en Europa y el mundo respecto de la propia identidad.
Entramos de lleno en lo que la literatura especializada moderna llama place branding, técnica de comunicación y marketing que busca la implantación de iniciativas, acciones, estrategias que mejoren la posición competitiva de las ciudades, regiones, territorios o países, estableciendo complejas sinergias entre estos distintos ámbitos territoriales. Dejo para mejor ocasión el enorme déficit que en este sentido tenemos en España. Sirva, sí, la mención al place branding como referencia a lo esencial que resulta para una ciudad como Madrid el sumergirse en tales técnicas. Bien es sabido que galgo sin dientes no caza liebre. Dotemos a Madrid de las herramientas necesarias para seguir a la cabeza de Europa. Sigamos convirtiéndola en ciudad global. Fortalezcamos nuestra identidad y nuestra presencia. Madrid bien vale una noria. Visibilidad, innovación tecnológica, historia, arte, economía, empleo, transformación, progreso. Sumen y sigan.
Marcos Sánchez Foncueva es uno de los mayores expertos en urbanismo y suelo de España. Abogado urbanista, toda su carrera profesional ha estado ligada al urbanismo y al sector inmobiliario. Ha liderado las Juntas de Compensación de Sanchinarro, Valdebebas y Los Cerros, entre otras. Es miembro del Comité Ejecutivo y coordinador de la mesa de urbanismo en Madrid Foro Empresarial.
2 Comentarios:
Es muy fácil opinar cuando no realizan una instalación en el barrio donde vive el opinante. Personalmente no estoy a favor de ese tipo de instalaciones que lo que vienen es a fomentar un turismo masificado y con mínimo resultado cultural y económico, por mucho que se nos vendan números y números. Pero, en cualquier caso, lo que estoy absolutamente en contra es con su ubicación en una zona ya consolidada de la ciudad, de forma que implicaría la "muerte" como tal del Parque Tierno Galván, del barrio y de la vida vecinal, como tal. Una instalación de ese tipo supone un cambio sustancial de la zona y de la vida en la misma, que no se puede llevar a cabo por un mínimo sentido común. No todo puede ser negocio, señores empresarios, la vida vecinal debe priorizar las actuaciones municipales. Y, si la idea del proyecto continúa, que el Ayuntamiento busque una ubicación en otra zona de la ciudad no consolidada, de forma que no altere la vida de la misma como sucedería con la inicialmente prevista.
Acabo de leer el artículo del Sr. Sánchez Foncueva y lo primero que me llama la atención es la frivolidad con que indica que Madrid bien vale una noria como icono simbólico. Pienso que el mejor icono de la ciudad sería el equipar debidamente todos los distritos y barrios de Madrid, con escuelas públicas de calidad, bibliotecas, centros deportivos y parques públicos, en los que los vecinos pudieran vivir con naturalidad y en condiciones dignas y saludables. Ese debería ser el objetivo de una Corporación Municipal que fuera de verdad tal, que mirara por los vecinos, que es su obligación y no por no se sabe que otros intereses cuando proyecta instalaciones como la referida.
Comparto la idea de quienes sostienen que Madrid se está convirtiendo en una ciudad cada vez más inhóspita, masificada por un turismo que cada vez es más insaciable, abarcando más zonas de la ciudad y alterando cada vez en mayor medida la vida ordinaria de los vecinos. Y construcciones de éste tipo no hacen sino acrecentar dicha tendencia y, en consecuencia, empeorar la vida ciudadana.
Dicho esto, y ya sin entrar en la conveniencia o no de dicha instalación, cuya opinión al respecto ya he dejado clara, lo que todavía tiene menos sentido es el emplazarla en una zona de la ciudad ya consolidada, como es el Parque Tierno Galván del Distrito Arganzuela-Planetario. Su instalación en dicha zona supondría la “muerte” del parque, así como la alteración sustancial del barrio y de la vida vecinal. Si el Ayuntamiento decidiera su instalación, “por Dios” que se busque una ubicación en otra zona donde las consecuencias sean menores, pero que no acabe con el Parque, con el Barrio y con los Vecinos de Arganzuela-Planetario
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