El magnate de Microsoft ha decidido invertir en el llamado Castello di Portofino para convertirlo en un resort de lujo
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Portofino Bill Gates
Wikipedia/Getty Images

Se rumoreaba desde hace meses y finalmente parece que es cierto: Bill Gates ha decidido invertir en el sector inmobiliario en Italia al comprar el llamado Castello di Portofino para convertirlo en un resort de lujo. La propiedad es conocida como Villa San Giorgio, famosa por haber pertenecido a la baronesa Mumm, pero que no debe confundirse con el Castello Brown, ya lugar de estancias y eventos de lujo. Sin embargo, parece que el fundador de Microsoft tendrá que enfrentarse a algunos problemas tras chocar con la burocracia italiana.

Villa San Giorgio es una estupenda residencia histórica de 1.200 m2 con vistas al mar en Portofino, con un ascensor que conduce directamente a una playa privada. Actualmente está dividida en 12 pequeños apartamentos alquilados a diversas personalidades, algunas vinculadas al mundo de la moda como Armani y Loro Piana. Así, este sería el primero de los problemas de Bill Gates para realizar su proyecto y monetizar una inversión que de momento ya le ha costado unos 60 millones de euros, ya que tendrá que desalojar a todas estas importantes personalidades.

Sin embargo, no será el único problema al que deberá hacer frente, porque el plan de zonificación del pueblo ligur, sobre el que Gates evidentemente no se informó adecuadamente antes de comprar la villa, también está siendo un obstáculo.

En este aspecto, si la intención es de hecho transformarla en una de las puntas de lanza de la cadena Four Seasons, de la que el empresario es propietario, deberá realizar un cambio de uso del inmueble, que actualmente está registrado como edificio residencial, no como hotel. Para convertirse en hotel, Villa San Giorgio tendría que obtener una doble autorización del Ayuntamiento de Portofino y del Parque de Portofino. Sin embargo, esta autorización podría no llegar porque, según el plan director, no hay hoteles previstos en esa zona.

Una lástima para Bill Gates, que contaba con todas las características típicas de un complejo de lujo en la zona, sobre todo con la ya mencionada playa privada a la que se accede por un ascensor especial, detalle que la agencia inmobiliaria que ofrecía la propiedad en venta describía como una "posición exclusiva en el corazón de Portofino, con vistas tanto a la bahía como al mar abierto".

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