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FOTO: Studio Dirk Vander Kooij
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Imprimir viviendas capa a capa ya es posible. Así lo ha demostrado la empresa china WinSun, que además de crear diez casas unifamiliares impresas en 3D en tan solo un día, fabricó hace unos meses una enorme  mansión de estilo neoclásico.  También hay compañías que están planteando utilizar materiales como chocolate, madera, papel reciclado o sal para construir esas residencias.

Mientras esperamos que la construcción de hogares con esta nueva tecnología se popularice en los próximos años, ya hay diseñadores que pretenden llenarlos de hormigón con muebles impresos en 3D. Es el caso de Dirk Vander Kooij, un holandés que ya está creando su propia línea de mobiliario en 3D en constante evolución.

Este diseñador no se considera un fabricante, sino un artesano. La única diferencia es que, en lugar de manejar gubias para tallar muebles de madera, utiliza su propio brazo robótico que funciona como una impresora 3D de extrusión para crear sillas, mesas, lámparas o jarrones.

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Kooij lleva más de un lustro explorando esta técnica. Cuando estudiaba en la Academia de Diseño de Eindhoven, encontró la inspiración con una impresora 3D que utilizó para su proyecto fin de carrera. Sin embargo, el problema de estas pequeñas máquinas es su incapacidad para fabricar grandes muebles.

A Vander Kooij se le ocurrió entonces adaptar un brazo robótico para crear sus propios muebles por capas. Ahora bien, en lugar de intentar que su Endless Robot (algo así como Robot Infinito) se dedique a la fabricación en serie, quiere "diseñar, crear, mejorar y crear de nuevo" permanentemente. Combina así el trabajo a mano con la técnica digital, logrando producir muebles únicos y con una calidad industrial al mismo tiempo.  

 

Innovation from Endless Chair to RvR Chair from Dirk Vander Kooij on Vimeo.

Con su método, ha diseñado las coloridas Chubby Chairs, sillas fabricadas a partir de material sintético reciclado con formas cilíndricas de colores similares a tubos de pasta de dientes. Al principio, el robot solo creaba formas angulares, pero poco a poco Dirk ha conseguido que esas curvas sean más naturales.

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"Si aceptas la baja resolución de la estructura y no intentas esconderlo sino apreciarlo, se puede convertir en una hermosa ornamentación",  puntualiza este diseñador. En efecto, observar las capas de estos asientos no molesta al ojo del potencial comprador, sino todo lo contrario. Parecen muebles de plastilina, lo que les da un toque de originalidad. El propio Vander Kooij bromea en su web  con que un payaso se ha encargado de crearlas.  

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Dar una segunda vida a los objetos cotidianos, por ejemplo a los electrodomésticos, es una de las esencias de su trabajo. "Los restos de material sintético reciclado son únicos y en realidad son demasiado atractivos para ser llamados basura", ha explicado este diseñador.  

Por eso, cada una de sus mesas Melting Pot (Crisol de Culturas en español) es única: conserva los patrones geométricos y los colores de sus componentes originales.  Es más, Dirk puede personalizarlas utilizando los residuos de cada cliente. Así, ha creado una mesa en la que predominan los tonos grises, blancos y negros porque ha utilizado el plástico de antiguas máquinas de escribir y ordenadores para construirla.

Fresnel Light es otra de sus creaciones más originales. Utilizando viejos CD, ha construido una original lámpara de plástico que parece de cristal y que se asemeja a un cuerpo celeste que brilla intensamente. Al igual que un planeta, gira alrededor de un núcleo central: una bola de metal. Además, dirige la luz hacia donde haga falta.

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Siguiendo con la temática astronómica, ha diseñado otra lámpara con forma de satélite que parece transmitir ondas electromagnéticas. Además,  ha recreado 'Los girasoles' de su compatriota Vincent Van Gogh en una original lámpara de pie.    

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Otra de sus piezas más sorprendentes es Calculated Chaos, un taburete que muestra las entrañas de las piezas impresas 3D. El exterior es imperfecto, ya que se ha eliminado la última capa de impresión que alisaría el mueble. De esta forma,  el comprador puede ver los patrones que conforman la estructura del taburete.

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Dirk fue uno de los primeros creadores en apostar por la impresión 3D cuando comenzaba a ponerse de moda. Tal vez por eso, sus diseños han llamado la atención incluso de los centros de arte.

Gracias a su robot capaz de crear piezas con material 100% reciclado, ganó el Premio de Diseño Holandés en 2011. El Museo Stedelijk de Ámsterdam e incluso el MoMa de Nueva York han añadido sus exclusivas piezas a su colección.  Ahora, ha instalado un estudio en una antigua fábrica de municiones, a la que se ha llevado dos grandes brazos robóticos, tornos, fresadoras y cilindros.

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Aunque las piezas del estudio Dirk Vander Kooij evocan el minimalismo que tanto nos gusta de los muebles de Ikea, que los robots de Dirk personalicen cada pieza provoca que los precios no puedan competir precisamente con los de la firma sueca.  Las sillas valen más de 357 euros, la lámpara Fresnel 895 y la mesa Melting Pot 2.225.  

Por el momento, este creador ya vende sus diseños fabricados por un robot en Estados Unidos, Canadá y algunos países de la Unión Europea, si bien todavía no los distribuye en España. Así que quien quiera seguir su ejemplo, puede comenzar por comprarse una impresora y descargar los modelos de las pequeñas piezas que encuentre en Thingiverse para iniciarse en el apasionante mundo de la impresión 3D. 

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