
La reconversión de oficias y antiguas fábricas en bonitas viviendas está a la orden del día por todo el mundo. En esta ocasión presentamos una profunda reforma que alberga la casa de unos artistas y su nuevo estudio de trabajo.
El antiguo edificio se ha dividido en dos plantas, albergando en la planta baja la oficina y el taller, y un espacio de galería y la vivienda en el primer piso. El interior parece sobrio y acogedor, fusionando elementos que evocan recuerdos de su anterior uso, como las vigas industriales blancas del techo, que conviven con el nuevo suelo de madera o la isla de la cocina hecha de latón.
Las viejas chimeneas de la fábrica han sido sustituidas en su lugar por amplios huecos de luz, completadas con ojos de buey de vidrio, convirtiendo las aberturas en claraboyas. El salón se caracteriza por los objetos de madera y muebles de época que le dan al espacio una sensación de calidez. Al final del pasillo, el vestidor y el baño, el dormitorio principal ofrece una habitación espaciosa y bañada en luz natural.





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