Por qué nunca tuvo que dejar de gustarte La Rambla
La Rambla, ese cauce seco de río que llegaba hasta el puerto de la Barcelona romana, concentra en sus 1,2 kilómetros todo lo que es esta ciudad. Pese a ello, de un tiempo a esta parte, los barceloneses no la sienten suya, que es un circuito artificial para turistas. Pero pensar eso de la arteria más transitada de Barcelona es un error. La Rambla siempre fue un espectáculo, escenario de cientos de historias. Nunca fue de los barceloneses y, en cambio, lleva su ADN: revolucionaria como sus revueltas, quemas de conventos, ostentosa por el lujo de la burguesía, canalla como sus primeros turistas los marines.