
El último informe del Fondo Monetario Internacional advierte de la posibilidad de que se produzcan más tensiones financieras a escala global. Y abre la puerta a que se produzca una nueva crisis financiera si las fuertes subidas de tipos que están llevando a cabo los grandes bancos centrales no logran atajar la escalada de los precios.
El organismo presidido por Kristalina Georgieva afirma que “la turbulencia en el sector financiero podría retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política por parte de los bancos centrales”, según recoge el diario Vozpópuli.
Para el FMI, los incrementos del precio del dinero que están llevando los bancos centrales a ambos lados del Atlántico pueden desembocar en un nuevo terremoto financiero, como los que han protagonizado en los últimos meses algunos bancos regionales en EEUU, como Silicon Valley Bank, y el gigante Credit Suisse en Europa.
El organismo recuerda que la Reserva Federal de EEUU (Fed) mantiene actualmente los tipos de interés entre el 5,25% y el 5,5%, máximos de los últimos 22 años, y que el Banco Central Europeo (BCE) anunció en julio una nueva subida, hasta situarlos en el 4,25%, a apenas 50 puntos básicos de máximos históricos. E insiste en que los mercados podrían estar descontando unos movimientos monetarios más suaves de los necesarios.
Como destaca el informe, “los mercados financieros han incrementado sus expectativas de endurecimiento de la política monetaria desde abril, pero siguen previendo una política menos restrictiva de lo indicado por las autoridades, lo que agrava el riesgo de que si se anuncian datos de inflación desfavorables se desencadene un aumento repentino de las expectativas sobre las tasas de interés y una caída en los precios de los activos”.
En concreto, el FMI insiste en que la situación puede empeorar si los niveles actuales de los tipos de interés no logran atajar la inflación. En el caso de la eurozona, los últimos datos publicados por Eurostat, sitúan la inflación en el 5,3% en julio, lo que supone el menor encarecimiento de los precios desde enero de 2022. Sin embargo, la tasa subyacente sigue sin dar tregua y se ha situado en el 5,5%.
En los últimos días, de hecho, las subidas que han experimentado el petróleo y el gas han reactivado el temor a un nuevo repunte de las presiones inflacionarias. En este escenario, y si la inflación no remite, las condiciones financieras seguirán empeorando y generar tensión en el sector financiero, así como lastrar el crecimiento y el comercio mundial.
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