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¿Cómo encajará España en el nuevo escenario diseñado por el bce?

Los tipos por los suelos, la contracción de motores como Alemania o Francia, el flirteo con la deflación y la zozobra provocada por 7 años de dura depresión han dejado a la eurozona al borde del agotamiento. El banco central europeo lo ha apostado todo a la misma carta pero necesita de un esfuerzo extraordinario. En este contexto de incertidumbre España puede emerger como “un líder” ante las bajas perspectivas de crecimiento de las principales economías comunitarias, tal y como vaticina el catedrático de economía de la universidad de alcalá de henares Juan Ramón cuadrado roura, en una entrevista con idealista news

¿Cree que las medidas aprobadas por el bce el jueves han constituido una sorpresa?

Algunos se han sorprendido de la decisión adoptada en la reunión del bce del jueves, que por cierto no sólo consiste en una reducción al mínimo del tipo básico de interés (al 0,05%), sino que el Sr. draghi ha anunciado también otras medidas destinadas a estimular la economía europea, como el propósito de que a partir de octubre el banco compre deuda vinculada a préstamos e hipotecas con el fin de que los bancos tengan más liquidez para ofrecer créditos. Pero, en mi opinión, la sorpresa mostrada por algunas fuentes y expertos no tenía sentido. De hecho, lo que se ha decidido por parte del banco central europeo queda, si acaso, algo corto en relación con lo que el banco podía hacer. Por ejemplo en relación con la compra de deuda soberana por su parte, que no ha figurado entre las medidas

Las medidas monetarias del bce nos ayudarán, pero es preciso que también vengan acompañadas por medidas fiscales

En todo caso, creo que no había lugar para la sorpresa, aunque el bce nos había dado en más de una oportunidad muestras de una gran prudencia y lentitud en sus tomas de posición. Pero, hay que recordar, en este sentido, que en la reunión de los principales directores o presidentes de los bancos centrales celebrada en eeuu a mediados de agosto (en jackson hole, concretamente), Mario draghi ya había subrayado que “la recuperación del área euro sigue mostrando una uniforme debilidad”. Afirmación que tenía su base en los datos manejados no sólo por parte de los servicios del bce, sino por eurostat – la oficina estadística de la ue –, que en su informe de agosto ya destacó que los principales países de la unión estaban en una situación próxima a la deflación o, cuando menos, prácticamente estancados

En el segundo semestre de este año la economía alemana, a la que siempre se considera como el principal motor de la ue, frenó prácticamente en seco su crecimiento, con una tasa de aumento de su PIB del 0,2% en comparación con el trimestre anterior y con escasas expectativas de cambio en el trimestre actual. Francia, señalaba también el citado informe de eurostat, “presenta un perfil bastante peor”, ya que la economía se estancó de nuevo entre abril y junio, obligando al gobierno a reducir a la mitad sus previsiones de crecimiento para todo el año, que apenas podrían superar una tasa cero. Italia, por su parte, ha regresado a la recesión y tampoco muestra síntomas de cambio cara a los próximos meses, todo lo cual significa que las tres grandes economías de la zona euro vienen mostrando una gran debilidad , lo que reactiva las dudosas expectativas sobre la salida de la crisis en la eurozona, ya que las previsiones para los restantes países tampoco son mucho mejores. La excepción son Polonia y España, que puede figurar ahora como líder de la zona dadas las bajas expectativas de crecimiento del resto de los países, aunque si la situación persiste la economía española acabará también afectada, algo que ya se está percibiendo en las exportaciones.

En definitiva, mi opinión es que las medidas no han constituido en absoluto una sorpresa. Es más, el bce debió actuar hace ya varios meses en esta línea porque la situación de retroceso económico de la eurozona era un hecho, sin especiales síntomas de próxima recuperación

¿Cuál es su opinión respecto a España?

Las políticas de ‘austeridad’ y de recorte de gastos han sido necesarias para reequilibrar una situación de fuertes desequilibrios presupuestarios y de derroches en las inversiones de casi todas las administraciones (el estado, pero también las comunidades autónomas y los ayuntamientos). Creo que lo que se ha hecho ha sido positivo, aunque sus resultados más inmediatos han sido difíciles de sobrellevar. Sobre todo para quienes han pasado al desempleo y su situación se viene prolongando por tanto tiempo. Pero, una vez logrado un cierto equilibrio de las variables básicas (reducción del déficit fiscal, mejora de la balanza de pagos, inflación muy reducida, puesta en práctica de algunas reformas absolutamente necesarias, etc.), creo llegado el momento de flexibilizar dicha política

Las medidas monetarias del bce nos ayudarán, pero es preciso que también vengan acompañadas por medidas fiscales (de gasto y de inversión) que contribuyan a animar la economía. Y es muy probable que la perspectiva de los próximos turnos de elecciones (municipales, autonómicas y generales) favorecerá la toma de decisiones en esta línea de mayor gasto. Si además la unión europea camina en la misma dirección, la economía española recibirá un impulso adicional que nos permita que en 2015 la economía crezca por encima del 2% y que además se cree empleo. Incluso en sectores ampliamente demandantes de factor trabajo, como la construcción, que ya parece estarse reanimando lentamente, y los servicios, tanto a los hogares y personas como a las empresas

¿Son estas medidas monetarias suficientes para que las economías europeas se reactiven?

Las reducción al mínimo del tipo de interés básico, la penalización a los depósitos que los bancos tengan en el bce y el propósito de comprar a los bancos deuda hipotecaria y créditos para que dispongan de mayor liquidez son medidas que están en muy buena línea. Pueden ser, y esperamos que sean, muy positivas para reactivar la economía europea en su conjunto y la de algunos países en particular. Pero, tampoco cabe pensar que las economías se van a ‘reactivar’ de forma inmediata. La política monetaria – y las medidas adoptadas están estrictamente en dicho campo – resulta siempre insuficiente cuando lo que se pretende es dinamizar la actividad económica. Suele afirmarse que la política monetaria es siempre mucho más eficaz para ‘frenar’ los recalentamientos y el exceso de actividad con inflación, que para ‘empujar’ las economías cuando están en una situación muy débil, casi de deflación, como ocurre ahora

Está claro que hay que dinamizar las economías europeas y lograr que crezcan a tasas más elevadas y con creación de empleo. Pero, la política monetaria no puede actuar en solitario para lograrlo. Las previsiones de crecimiento de la eurozona en su conjunto están en el 0,9% este año y en el 1,5- 1,6% para 2015, ambos porcentajes más bajos que los que ya se barajaban hace pocos meses

Consecuentemente, si no se adoptan medidas que acompañen a las de tipo monetario, la recuperación difícilmente se producirá o será comparativamente débil. Es necesario que actúe también la política fiscal. Sobre todo desde el lado del gasto público, pero también en las rebajas de algunos impuestos. Y es preciso que esto lo hagan todos los países miembros de la eurozona de forma coordinada, lo que no es del todo fácil aunque sí necesario. ¿Qué debería esto suponer?. Cuando menos dos cosas: primero, que se flexibilicen los objetivos de reducción del déficit fiscal de los países, ampliando los plazos previstos y animando a los gobiernos a que utilicen el gasto y la inversión pública como medio para impulsar la demanda interna; y, segundo, que prosigan también las políticas que favorecen la competencia en sectores como los servicios, donde las propuestas de avance hacia un mercado común de servicios se han quedado en la mitad, así como la supresión de otras reglamentaciones que complican el desarrollo de las nuevas empresas, sobre todo de las pymes

A todo ello debería sumarse, claramente, la utilización de los fondos estructurales de los que dispone la unión europea (el feder, el fondo social y el fondo fondo de cohesión), que pueden permitir impulsar las inversiones en infraestructuras, las de carácter social y los apoyos a los nuevos emprendedores y a las políticas de innovación

Entonces ¿Hay que apostar por un giro en las políticas económicas a poner en práctica?

En mi opinión y la de muchos economistas y dirigentes políticos europeos hay que dar ese giro. Con cierta prudencia, por supuesto. Pero, el riesgo de la inflación no existe. No es ni tiene riesgo de ser ‘el problema’. El problema real es el paro, que permanece en niveles muy elevados en bastantes países, y la falta de crédito e incentivos para que se creen nuevas empresas y para que las que ya existen diseñen planes de inversión y de expansión internacional. Ha llegado ya el momento de abandonar lo que el profesor belga paul de grauwe califica como el ‘fundamentalismo del presupuesto equilibrado’. Y hay que hacerlo con prudencia, sin duda, pero dando pasos claros que permitan la reactivación de la demanda interna en cada país y en el conjunto de Europa

El problema actual no es de oferta, es de demanda, y las políticas restrictivas llevadas al extremo sólo provocan riesgos de deflación, que de alguna forma ya están presentes en la actualidad. Los ejemplos de las políticas aplicadas en Japón y en eeuu deberían servir como referencia para utilizar las políticas fiscales de gasto como complemento de una política monetaria que siga vigilando la estabilidad de precios, aunque este no sea ahora el problema, a la vez que actúa en favor de la reactivación económica por vía de suministrar liquidez

¿Cómo afectará al ciudadano de la calle esta bajada de tipos?

Considero que quienes deberían percibir los primeros efectos de las medidas monetarias son las empresas necesitadas de crédito. Pero, esto no tendrá lugar de forma inmediata. Se notará, sobre todo, cuando el bce empiece a absorber títulos hipotecarios y de créditos de la banca y les facilite más liquidez. También se notará, y quizás algo más pronto, en el coste de los créditos, tanto para las empresas como para las familias. Lógicamente la rebaja del tipo de interés básico deberá determinar una reducción de tipos a los demandantes de créditos e hipotecas y también del nivel del euríbor. Para el ciudadano de la calle la percepción de estos cambios no será inmediata, pero sí real, aunque modesta. Sólo si se diseña una política fiscal de gasto e inversión más dinámica será posible que se active la creación de empleo, que es lo que realmente es necesario y es lo que sí que percibirán las familias si se produce

 

Juan Ramón cuadrado-roura ha sido recientemente galardonado con la gran cruz en mérito al servicio de la economía del consejo general de los colegios de economistas de España

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