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Las hipotecas de alto riesgo crecieron con fuerza durante 2015. Según los datos de los propios bancos españoles, a cierre del pasado ejercicio sus balances acumulaban 22.533 millones de euros en hipotecas cuyo importe supera el 100% de la tasación del inmueble que quiere adquirir el cliente (es decir, su ‘loan to value’ supera el 100%).

Dicha cifra es un 25% más elevada que la de 2014 y ‘se come’ el descenso que ha registrado el volumen de hipotecas de riesgo, que son aquellas con un ‘loan to value’ de entre el 80% y el 100% de la tasación. En este caso, el sector financiero acumula cerca de 42.000 millones de euros, frente a los 49.600 millones del año anterior.

El protagonismo que han adquirido las hipotecas de alto riesgo conlleva dos peligros para la banca: por un lado, sufren una tasa de morosidad mucho más alta que los préstamos que cumplen la regla de la prudencia financiera (aquellas en las que el cliente financia como máximo el 80% del valor del inmueble).

Y es que los impagos en los préstamos con un ‘loan to value’ superior al 100% se elevan hasta el 28,6%, frente al 11,9% de las hipotecas de riesgo y al escaso 3,4% de los préstamos que financian como mucho el 80% que, por tanto, tienen una tasa de mora ocho veces inferior a las de alto riesgo.

El segundo peligro es que este tipo de hipotecas son las mismas que se popularizaron antes de la crisis y que desestabilizaron a miles de hogares. Según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), entre 2004 y 2014 se concedieron 1,2 millones de hipotecas por importes superiores al 80% del valor de los inmuebles, lo que supuso el 14% de los préstamos que se concedieron en todo ese periodo.

Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y el desplome de los precios de la vivienda, esas hipotecas burbuja han dejado atrapadas a unas 400.000 familias españolas, que actualmente viven en casas que valen menos que sus hipotecas.

No obstante, y a pesar de estos peligros latentes, no podemos olvidar que estos préstamos arriesgados siguen teniendo un peso reducido dentro del volumen total de préstamos hipotecarios (las hipotecas ‘prudentes’ suponen unos 379.000 millones de euros).

Por otro lado, los propios bancos reconocen que la concesión de las hipotecas de alto riesgo sigue estando restringida. Suelen utilizarse para financiar las operaciones vinculadas a los pisos que tienen las entidades en balance, cuando se trata de una primera vivienda o cuando el cliente cuenta con un aval.

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