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Los bancos españoles registran las peores cifras de ingresos por comisiones de los grandes países europeos. Según los datos de mercado, apenas el 23% de los ingresos que obtiene el sector financiero doméstico procede de comisiones, mientras que en Reino Unido el porcentaje alcanza el 26%; en Alemania, el 27%, y en Italia y Francia ronda el 33%.

Y eso que, por primera vez en ocho años, las entidades españoles han conseguido elevar los ingresos procedentes de las tarifas que aplican a los clientes. En el primer trimestre de 2015, sin ir más lejos, consiguieron 2.800 millones de euros a través de esta vía, casi un 2% más que un año antes.

El hecho de que el resto de bancos europeos logre captar más margen por las tarifas que aplican a los clientes por los distintos servicios tiene una explicación: el modelo de negocio de la banca española es más tradicional y está enfocado a los usuarios minoristas, a quienes suelen reducir las comisiones a cambio de una mayor vinculación con la entidad.

Así pues, dos terceras partes de los ingresos de las entidades españolas proceden del llamado margen financiero, esto es, lo que consigue el sector por intereses tras descontar el coste de los depósitos. Y esto es precisamente lo que impide en la actualidad que el sector doméstico mejore la rentabilidad: la escasa actividad se une a unos tipos de interés en mínimos históricos y a la guerra abierta que mantienen las entidades por aumentar su negocio.

En la comparativa en la que también sale peor la banca españoles es la de la rentabilidad sobre recursos propios (el famoso ROE), que ronda actualmente el 4,4%, frente al 7,8% de media en los principales países de la Unión Europea.

A medio plazo, el sector doméstico asegura que necesitará elevar el ROE hasta el entorno del 10% para poder sobrevivir en las condiciones actuales. Si no, tendrá que vivir una nueva oleada de fusiones.

El Banco de España lleva semanas insistiendo en que la banca española debe seguir cerrando oficinas para aumentar rentabilidad e incluso anima a que continúe el proceso de concentración para mejorar su margen y consigan alcanzar los niveles que exigen los supervisores, y también los mercados financieros.

En esa búsqueda de rentabilidad, lo cierto es que las entidades domésticas poco a poco están abriendo su oferta de productos y servicios. Mientras los depósitos siguen ofreciendo unas remuneraciones muy reducidas, se están intensificando las ventas de seguros, fondos de inversión y planes de pensiones. Todos ellos, según el servicio de estudios de BBVA, ya aportan un tercio de los ingresos por comisiones.

El informe de BBVA Research recuerda que la regulación financiera reducirán las comisiones para determinadas actividades, por lo que considera que la estrategia del sector doméstico español es acertada. En su opinión, es mejor centrarse en alternativas de valor añadido como la venta cruzada de productos para lograr mejorar la rentabilidad, lo que les permitirá aumentar la confianza de los clientes y aprovechar nuevas oportunidades de negocio.

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