La OPA de Caixabank sobre el 100% del banco portugués BPI cada vez está más cerca. Según ha confirmado la tercera entidad financiera más importante de España por volumen de activos, la operación ya cuenta con el visto bueno del propio Banco Central Europeo (BCE), el máximo supervisor del sector financiero en la eurozona.
El banco con sede en Barcelona solo necesita un último trámite: conseguir la autorización de la Comissão do Mercado de Valores Mobiliários, la CNMV lusa. Y espera que la operación llegue a buen puerto en los próximos meses según publica la edición portuguesa de idealista/news.
Una vez que el regulador apruebe la operación, Caixabank podrá adquirir de forma oficial el 55% del capital de BPI que aún no controla. Actualmente, es el accionista de referencia del banco al poseer un 45% de las acciones.
La adquisición total de la firma portuguesa ha sido un proceso muy tortuoso para Caixabank, ya que estaba condicionado a la eliminación por parte de BPI de la limitación del 20% de los derechos de voto en su Consejo de Administración.
Tras fracasar el intento de negociación con el segundo accionista mayoritario de la entidad lusa, la multimillonaria angoleña Isabel Dos Santos, en el mes de abril la entidad decidió presentar una OPA voluntaria sobre su homóloga a un precio de 1,113 euros por acción, lo que suponía valorar BPI en unos 1.620 millones de euros.
Fue a finales de septiembre cuando la entidad foránea acordó eliminar el límite de votos que puede ejercer un accionista, paso que ha venido secundado ahora por la autorización de la máxima autoridad monetaria y financiera en la eurozona y que ha supuesto una mejora de la oferta de compra inicial: la OPA se realizó a un precio por acción de 1,134 euros.
Hoy en día, medio año después, ya solo falta que el regulador del mercado portugués dé la luz verde definitiva al movimiento estratégico del banco catalán para hacerse por completo con BPI, para el que tiene unos planes muy concretos: seguirá siendo una compañía cotizada y mantendrá a su actual equipo directivo.
Para Caixabank la operación supondrá unas sinergias potenciales de costes de 85 millones a partir del tercer año y unas sinergias de ingresos anuales de 35 millones. “Esperamos que tenga un impacto positivo de alrededor del 8% en el beneficio recurrente por acción de CaixaBank el primer año. Además, estima que el retorno sobre la inversión (ROIC) sea del 12% en el primer año y alcance el 14% en el tercero”, explicó hace meses la financiera catalana.
Actualmente el banco español es el quinto en Portugal por volumen de activos, tiene más de 1.300 cajeros y 1,7 millones de clientes. Pero las cifras crecerán gracias al acuerdo con BPI y al posible pacto con Novo Banco, entidad por la que también ha mostrado interés en las últimas semanas.
Según publica el diario Vozpópuli, la entidad catalana está preparando una oferta vinculante competitiva por la entidad rescatada y en la puja se verá las caras con BCP, el fondo Lone Star, un consorcio liderado por el fondo Apollo y el banco chino Minsheng.
La banca española apuesta por Portugal
Caixabank no es la única entidad doméstica que ha apostado por el mercado vecino. De hecho, casi todos los bancos cotizados tienen presencia en él.
Bankinter, por ejemplo, tiene la filial lusa de Bankinter que precisamente ha permitido incrementar su beneficio en los nueve primeros meses del año en un 33%, mientras que Santander controla Totta y Banco Internacional de Funchal (Banif) y Popular, Banco Popular Portugal. BBVA también tiene presencia en el mercado portugués a través de su propia marca.
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