La inversión inmobiliaria seguirá teniendo en los próximos meses un duro competidor en la renta variable. Según el último 'Global Family Office' del banco suizo UBS, las familias más ricas del mundo están preparadas para aumentar o como mínimo mantener su exposición en los mercados de valores mundiales. Sólo este año, el peso de la bolsa en las carteras de los grandes 'family office' ha crecido un 1,6%.
Por lo tanto, ya supone casi el 30% de la cartera global de estos inversores especializados que cuentan entre sus filas con algunos de los mejores gestores del globo. Con los tipos de interés bajo mínimos en Europa y con el futuro de las políticas monetarias en el aire tanto en el Viejo Continente como en Estados Unidos, alrededor de una quinta parte de los 'family office' apuesta porque el rally de las bolsas no ha terminado.
De momento, no se dejan impresionar por los máximos históricos de Wall Street, ni por las voces que hablan de burbuja bursátil -el Dow Jones vive por encima de los 22.100 puntos- al otro lado del Atlántico. Los 'family office' prefieren ver el vaso medio lleno y se agarran a que las bolsas europeas siguen un 20% por debajo de los niveles previos a la crisis.
Y, claro está, estan dipuestos a probar más suerte en los mercados emergentes en los que, a cambio de más riesgo, se puede extraer una rentabilidad extra. Por lo tanto, todo parece indicar que la renta variable seguirá ganando peso en la cartera de los grandes vehículos de inversión de las fortunas familiares.
Pero la bolsa no es la única inversión que compite codo con codo con la inmobiliaria, que representa alrededor del 16% de las carteras de los 'family office' y, por tanto, es la tercera rama con más peso en estas sociedades. Algunos de los inversores más sofisticados del mundo también están elevando su presencia en el negocio del 'private equity' o capital riesgo, otra de las inversiones capaces de ofrecer rentabilidades significativas a medio y largo plazo.
En cualquier caso, la inversión inmobiliaria sigue teniendo muchos adeptos entre las grandes fortunas. En los últimos trimestres, España escenifica muy bien este movimiento. Por ejemplo, firmas como Mazabi o Arcano, que gestiona el patrimonio de varias fortunas familiares españolas, quiere duplicar en los próximos años el peso de las inversiones inmobiliarias de sus clientes hasta el 20% de las carteras.
En plena recuperación económica en España -el PIB creció un 0,9% en el segundo trimestre del año, tres décimas más que la media de la eurozona-, las grandes fortunas están pisando el acelerador en el mercado inmobiliario. Según datos de CBRE, en el primer trimestre los inversores nacionales (con los 'family office' al frente) han competido duramente con las entidades aseguradoras en las operaciones situadas entre los 30 y los 40 millones de euros. Han cubierto más del 10% del volumen total de las transacciones.
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