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Hace diez años, el alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón comenzó a inaugurar las obras del mayor túnel realizado en una ciudad en Europa. Más de 43 kilómetros de longitud. Costó mucho dinero, que aún sigue pagando el ayuntamiento, pero ha contribído a ahorrar tiempo, dinero... y ruidos.

El túnel de la M-30 (aunque son varios) supuso tres años de feroces obras donde se destripó el sur de la ciudad (parecía a una ciudad bombardeada), y agotó la paciencia de los conductores. El tema preferido de conversación en Madrid era atacar las obras del alcalde, que colapsaron la ciudad, y crearon múltiples embotellamientos. La gente no entendía por qué el alcalde quería soterrar la M-30. ¿Valía la pena?

Además, en la superficie se acometió la creación de una zona ajardinada para peatones y ciclistas, llamada Madrid Río. Aquella gigantesca obra costó al final unos 7.000 millones de euros y endeudó a la ciudad por muchos años, convirtiéndola en el ayuntamiento más endeudado de España. Hoy aun, los madrileños siguen pagando el túnel de la M-30, y el mayor objetivo de los acaldes desde entonces ha sido disminuir la pesada deuda.

Pero, ¿fue una buena o mala idea? Desde el primer minuto tras la inauguración, los conductores se dieron cuenta de que los atascos en esa parte de la M-30, el sur, desaparecieron por arte de magia. Por esa vía pasaban diariamente 178.000 vehículos. Pero ahora se podía ir desde la Casa de Campo hasta Vallecas sin pisar el freno.

Además, el túnel con sus salidas laterales permitía ordenar con fluidez el tráfico hacia las diferentes salidas de la ciudad, como Badajoz, Toledo o Valencia. La anchura del túnel, con hasta seis carriles por sentido, aseguraba la ausencia de atascos.

En realidad no es un túnel sino son cuatro túneles carreteros. Si se suma toda la distancia de los cuatro, son más de 43 kilómetros de carretera, lo que le convierte en la mayor red de túneles de una ciudad de Europa.

Para excavarlos, hubo que traer dos tuneladoras gigantesca hechas en Alemania y Japón, que fueron las más grandes del mundo en su momento. Costaron 45 millones de euros cada una, y parte de la tuneladora japonesa se terminó de construir por Duro Felguera, en Asturias.

El túnel de la M-30 de Madrid que costó tanto dinero, cumple 10 años: ¿locura o genialidad de Gallardón?
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El diario El País explicaba así el tamaño de las tuneladoras. “Estas tuneladoras son tan altas como una casa de cinco pisos, tienen 15,2 metros de diámetro (las que se usaron para los túneles del metro eran de 9,4 metros) y 4.367 toneladas de peso cada una, con una potencia de 17.829 kilovatios, el doble que la de un tren AVE”.

En general, la obra titánica fue realizada por varias empresas españolas Dragados (ACS), FCC, Necso y Ferrovial, y diseñada por el ingeniero Manuel Melis. El coste inicial eran 1.700 millones de euros. Pero al final, como suele suceder con las obras públicas de esta envergadura, ascendió a 5.600 millones según el ayuntamiento, que se convierten en 10.000 millones, según la oposición, si se calculan los intereses. En los planes iniciales estaba previsto terminar de pagar esta faraónica obra en 2040. La obra fue financiada en su mayor parte por la alianza Banco Sabadell-Société Générale.

Faraónica pero necesaria. Si la obra no se hubiera realizado entonces, los problemas de atascos de Madrid sur serían hoy inimaginables. Nadie ha hecho el cálculo de las horas de trabajo que se perdían en los atascos del nudo sur, pero si se piensan en 10 años, y en más de 170.000 coches al día, se podía sacar el ahorro estimado en gasolina y en contaminación.

Además, ahora los madrileños que viven en casas alrededor de la M-30 pudieron disfrutar por primera vez en muchos años de un nivel de ruidos mínimo. Y por último, se creó en la superficie lo que se conoce como MadridRio, junto al Manzanares: un enorme parque con circuitos biosaludables, pistas de petanca, mesas de juegos, parques infantiles, carriles de bicicletas, jardines… Fue allí, en la Explanada del Puente del Rey, donde en 2010 la selección española de fútbol celebró su victoria en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica.

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5 Comentarios:

Rickie
27 Enero 2017, 14:55

No sé quién ha escrito el artículo, pero yo, que vivo en la zona de Alto de Extremadura desde antes de que lo construyeran, nunca he notado una mejora en el tráfico en las horas punta. Actualmente, cualquier día de diario hay atasco para bajar por el túnel de Avenida de Portugal en dirección a Puente de los Franceses casi desde el principio del mismo. Yo solo tardo menos en coche a mi trabajo en la Ciudad Universitaria durante el mes de agosto. El resto del año, incluido julio, tardo más en coche que en Metro.

erlantz
11 Febrero 2017, 3:16

Gallardón me da mucha tirria, como el PP en general, pero esta obra es sin duda una genialidad que algún día se agradecerá en su justa medida...

rochero
19 Febrero 2017, 12:15

Solo puedo prometeros...CO2, $udor y gases pero,...más allá de la salida deldel túnel, estará el Zielo...
Sín duda...mereció la pena para 170.000 trabajadores de la zona sur, salvando excepciones q quedaron con el gas al aire, como esesiempre alto de extremadura....pero es q en algún ligar habia q emprender el tunelado...y la desembocadura del tajo, no es una opción valida, echando la vista 10 años atrás. Gracias Faraón! Eso sí, las chinitas de Madrid río, ya por un pelín más podía haberlas comprado sin que manchen de polvo de cal 10 años atrás los anoraks de los niñosderechos, q un día acabaran de pagarla ;-). Lo dicho en tus palabrasmanos, gracias, gracias, gracias

jcpuig007
24 Julio 2018, 10:30

En su momento pareció genialidad, pero no es solución para hoy. Porque el reto no es facilitar tránsito a los coches, sino facilitar el transporte público, porque en juego está nuestra salud. Tenemos un problema de salud pública. Los túneles no engullen la contaminación, los túneles son una inversión inmensa de la ciudad en detrimento de inversiones sociales, el mantenimiento de la M30 se lleva gran cantidad del mantenimiento de los viales, de ahí los baches en todas nuestras calles. Pero sobre todo los túneles gigantes en Madrid incentivan que nos envenenemos de contaminación, eso sí, muy placenteramente para nuestros traseros. Sin embargo nuestros problemas respiratorios, pulmones, de alergias, de stress, cardiovasculares... aumentan.
Hay que dejar de pensar con el trasero en beneficio solo de nuestro trasero y de la industria del coche.

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