
El Libro del Edificio (LE) y el Libro del Edificio Existente (LEEX) son dos documentos distintos que, en ocasiones, por tener un nombre tan parecido, da lugar a confusión entre los agentes del sector y los usuarios de viviendas.
Obligatorio para edificios construidos con posterioridad a 2000, fecha en la que empieza a regularse a través de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), el Libro del Edificio tiene por finalidad hacer una radiografía del inmueble, recopilar su historial constructivo, así como facilitar unas labores de conservación y mantenimiento para que tenga una vida útil lo más extensa posible.
Este manual es redactado por la dirección facultativa de las obras, y entregado al promotor y al ayuntamiento del municipio donde se encuentra ubicado el edificio. Posteriormente es el promotor quien lo entrega a los propietarios.
“Aunque sí ha cumplido su función informativa, quizás se ha quedado como una fotografía fija de la entrega del edificio, y debería ser una fotografía dinámica, actualizándose con cada actuación y cambio, algo que no está funcionando tan bien”, cree Juan López-Asiain, director del Gabinete Técnico del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE).
El Libro del Edificio Existente nace al amparo de los Fondos Next Generation, generado en el Real Decreto 853/2021, por el que se regulan los programas de ayudas a la rehabilitación residencial y vivienda social. “Con este Libro se abre la posibilidad de hacer una valoración completa de edificios que se construyeron antes del 2000 y que, por lo tanto, no tienen Libro del Edificio, facilitando una evaluación del estado de conservación, de la eficiencia energética, entregando un manual de mantenimiento y haciendo recomendaciones sobre las posibles intervenciones para la mejora del edificio”, argumenta López-Asiain.
En el Real Decreto se establece un programa de ayudas para la elaboración de los LEEx, aunque, salvo que una comunidad de propietarios quiera optar a las subvenciones, su elaboración no es obligatoria. Pero, según el director del Gabinete Técnico del CGATE, en algunas comunidades autónomas sí que lo será, no solo para la solicitud de ayudas, sino como sustituto del Informe de Evaluación del Edificio (IEE).
Y, aunque es difícil que una comunidad tenga los dos tipos de libros, ya que los edificios que cuentan con el LE, posteriores al año 2000, no están obligados a hacer el LEEx, si en el futuro se diera el caso, “entiendo que el LEEx sustituirá al LE”, concluye López-Asiain.
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