Artículo escrito por Paula Ordóñez, ESG Solutions & Corporate Sustainability Director en Savills España
Sin lugar a duda, 2023 ha sido un año lleno de incertidumbres para nuestro sector y no lo ha sido menos para la sostenibilidad empresarial. Con una regulación compleja a nivel europeo que no acaba de aterrizar y una ralentización de la inversión sostenible a nivel mundial, comienza a escucharse un lenguaje “anti-ESG” que toma fuerza en países como EEUU.
Sin embargo, la apuesta de la Unión Europea por la descarbonización del continente es firme y el ritmo de avance de las directivas relacionadas con la eficiencia energética sigue su curso. Como refuerzo a este posicionamiento, durante la COP 28 celebrada en diciembre en Dubái, 27 países se comprometieron al 'Buildings Breakthrough', enfocado a normalizar la existencia de edificios casi nulos en emisiones y climáticamente resilientes antes de 2030.
La transformación del parque inmobiliario hacia edificios energéticamente eficientes y descarbonizados es una tarea ineludible, dado que los edificios y la industria del 'real estate' son responsables de 40% del consumo de energía en la Unión y contribuyen con la emisión de gases de efecto invernadero de manera significativa. Pero la normativa europea relativa es compleja y requiere estar atento.
La transición energética, eficiencia energética y descarbonización se encuentra contemplada dentro del paquete regulatorio conocido como 'Fit for 55'. En este paquete se recogen numerosas directivas. Nos centraremos a continuación en dos de ellas: Directiva de Eficiencia Energética (EED) y Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD).
La primera de ellas, la Directiva de Eficiencia Energética (EED), fue aprobada en septiembre de 2023 y establece un objetivo vinculante para la UE de reducir el consumo de energía final en un 11,7% para 2030. Esta normativa, precursora de otra serie de iniciativas que impactan a los edificios de manera directa, introduce un enfoque diferente basado en el consumo energético para que las empresas dispongan de un sistema de gestión energética, realicen auditorías energéticas, así como la obligación de monitorizar el rendimiento energético. Además, se establece la obligación de monitorizar el rendimiento energético con la creación de una base de datos a nivel europeo que recopile y publique datos.
En cuanto a la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD), se trata de la más relevante para el sector inmobiliario y que ya está, por fin, en fase de aprobación final por el Parlamento Europeo. El objetivo final de esta directiva es contribuir a la consecución de los objetivos marcados en la Directiva de Eficiencia Energética explicada anteriormente.
Para ello, la nueva EPBD pretende reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía de los edificios de la UE de aquí a 2030 y volverlos climáticamente neutros de aquí a 2050, así como aumentar el ritmo de renovación de edificios energéticamente ineficientes y mejorar la información sobre el rendimiento energético de los mismos.
Hay que destacar varios elementos clave introducidos en la revisión de la Directiva y que no deberemos perder de vista en nuestras planificaciones a la hora de gestionar, renovar y/o construir edificios.
En primer lugar, se introduce un estándar de Edificios de Cero Emisiones (NZEB, por sus siglas en inglés), aplicable desde 2030 para los edificios de nueva construcción, 2027 para los edificios públicos; en segundo lugar, se busca una armonización de requisitos en toda la UE, con Certificados de Eficiencia Energética (EPC) estándares de la A a la G; también se establecen tasas de renovación para garantizar que los edificios alcancen Estándares Mínimos de Eficiencia energética (MEPs), y por último, los Estados miembros deben establecer estrategias de descarbonización y esquemas de renovación de edifico mediante Planes Nacionales de Renovación.
Dicen que la sostenibilidad empresarial normalmente entra por dos vías distintas en las empresas: por convencimiento/apuesta o por imposición normativa. En el caso de la eficiencia energética y la descarbonización está claro que, si no se aplica por la primera vía, vendrá impuesta por la segunda.
La presión regulatoria sobre la eficiencia energética va a suponer un gran reto para los edificios existentes. Para garantizar la viabilidad y rentabilidad del proceso es imprescindible plantear una estrategia de descarbonización que incluirá definir OPEX Y CAPEX a partir del diagnóstico del punto de obsolescencia de cada edificio.
Sigue toda la información inmobiliaria y los informes más novedosos en nuestra newsletter diaria y semanal. También puedes seguir el mercado inmobiliario de lujo con nuestro boletín mensual de lujo.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta