
La construcción y las actividades inmobiliarias siguen estando entre los sectores donde se producen más insolvencias y disoluciones de empresas.
Según los datos de Axesor, empresa especializada en la gestión del riesgo de crédito, en 2021 se contabilizaron 5.496 concursos de acreedores empresariales en toda la economía, de los que 1.072 pertenecen a construcción (837) e inmobiliario (235). La cifra representa un 19,5% del total, por lo que entre ambos sectores protagonizaron una de cada cinco suspensiones de pago en España.
El ladrillo es la segunda actividad más destacada del ranking de insolvencias, solo superada por el comercio al por mayor y al por menor/reparación de vehículos (1.090), mientras que las actividades inmobiliarias ocupan el séptimo puesto, por detrás de las actividades administrativas y servicios auxiliares (277), y por delante del transporte y almacenamiento (220).
Estas son las ocho actividades de las más de 20 que contempla el estudio en las que se produjeron más de 200 concursos de acreedores de empresas en 2021:
En el caso del inmobiliario, además, el repunte interanual supera el promedio nacional, tras registrar un aumento de los concursos del 41,5% respecto a 2020, frente al 31,1% de subida media. La construcción, en cambio, se sitúa por debajo con un alza concursal del 28,3%. Pero el sector en el que más crecieron las insolvencias fue la hostelería, actividad en el que los procedimientos se dispararon casi un 86% interanual.
Por regiones, los datos de Axesor sitúan a Cataluña como la comunidad autónoma donde más concursos de acreedores se declararon a lo largo del ejercicio (1.373, un 38,4% más que en 2020), seguida de Madrid (con 1.256 procedimientos y un alza interanual del 38,17%), y la Comunidad Valenciana (con 781 insolvencias y un aumento del 2,2%). En el otro lado de la tabla, destacan los números de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (dos procedimientos y una contracción del -33,3% interanual); La Rioja (18 concursos y una caída del 21,74%) y Cantabria (40 insolvencias, un -11,1% menos que a lo largo de 2020).
También lideran la disolución de empresas
El estudio de Axesor también sitúa a la construcción y el inmobiliario entre los sectores donde se produjeron más disoluciones de empresas en 2021.
De las 63.357 que se contabilizaron a lo largo del año pasado en toda la economía (un 20,02% más interanual), prácticamente una de cada cuatro se produjo en construcción (9.018) y en las actividades inmobiliarias (6.325). En total, acumularon 15.343 disoluciones, el 24,2% del total.
De nuevo, el ladrillo ocupa la segunda posición de la clasificación, superada también por el comercio al por mayor y al por menor/reparación de vehículos (11.886), mientras que el sector inmobiliario escala hasta la cuarta posición, tras registrar 6.325 disoluciones empresariales, por detrás de las actividades profesionales, científicas y técnicas, con más de 7.200 procedimientos.
Estos son los 16 sectores de actividad donde desaparecieron más de 1.000 negocios a lo largo del pasado ejercicio, según el estudio:
En lo que se refiere a la evolución interanual, en este caso es la construcción la que registra un repunte superior al promedio, con un alza del 25% respecto a 2020, frente al 20% registrado de media por el conjunto de sectores analizados. Las disoluciones empresariales en las actividades inmobiliarias, en cambio, han crecido algo menos de un 18%. La mayor subida interanual la protagonizan las actividades administrativas y los servicios auxiliares, con un alza del 41,4% frente al ejercicio anterior.
Por regiones, la Comunidad de Madrid registra el peor dato de empresas disueltas, con 16.877 (+12,12%), por delante de Cataluña, con 9.027 (+18,76%).
Con esta batería de cifras sobre la mesa, desde Axesor afirman que “la ampliación de las medidas aprobadas por el Gobierno para reforzar la solvencia de las empresas ha sido decisiva” para evitar que las insolvencias se hayan disparado, aunque alertan de que es necesario garantizar “que las empresas que se acojan a la moratoria son efectivamente viables en el medio y largo plazo, con el objetivo de evitar que se genere una importante bolsa de empresas “zombies”, especialmente en los sectores como la hostelería, el comercio y la construcción. Necesitamos medidas que refuercen la competitividad de nuestro tejido empresarial. Medidas que permitan recuperar los niveles de productividad que se han perdido durante la crisis, mejorándolos en el medio y largo plazo. Necesitamos incentivos que contribuyan a que nuestras empresas sean cada vez más digitales y sostenibles. Incentivos que ayuden al crecimiento y a la internacionalización”.
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