
A veces parece que las ciudades están condenadas a una arquitectura monótona, de bloque y cemento, donde solo los rascacielos y otras estructuras megalómanas pueden resaltar sobre el resto. Pero existen algunas urbes, pueblos y barrios que han decidido romper con estos tediosos moldes, haciendo que las fachadas de sus casas protagonicen una explosión de colores.
Hogares con personalidad propia que conforman vecindarios coloridos, a veces mantenidas durante generaciones por tradición local, otras como expresión de un urbanismo moderno y transgresor. De una orilla a otra del Mediterráneo, desde el mar Báltico al océano Pacífico, existen localidades que brillan con luz propia gracias a las tonalidades vivas de sus calles. Damos la vuelta al mundo en busca de algunas de ellas:










Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta