La fe es una de las fuerzas más poderosas del mundo. No hay más que echar un vistazo a las miles de personas que se congregan en multitud de actos o eventos de carácter religioso, independientemente del credo que representen. Es por ello, y por los impresionantes monumentos que conocemos, que cuando pensamos en un templo, lo hacemos en uno de grandes dimensiones, como, por ejemplo, la basílica de San Pedro del Vaticano, la mezquita-iglesia de Santa Sofía de Estambul o el ‘duomo’ de Milán o la catedral de Burgos. Todos ellos tienen en común una grandiosidad que es capaz de sobrecoger a cualquiera que las admire, más allá de las creencias, o no creencias, que profese.
Sin embargo, frente a estas inmensas maravillas monumentales, también podemos encontrar templos que destacan por sus pequeñas dimensiones. Una característica que no está reñida con la belleza. Para demostrarlo, hemos escogido algunos de los templos cristianos más pequeños y peculiares, de diferentes partes del mundo. Como podemos ver, el culto, la fe y el arte no necesitan siempre de grandes dimensiones. Y estos bonitos y recogidos templos lo demuestran:
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