
Ubicada en la Colonia Donceles de Cancún, un barrio desarrollado en la década de 1980 como un complejo de vivienda social para trabajadores de la industria turística de la zona, Domus Peepem es parte de un conjunto de intervenciones que tienen como objetivo revivir el área de manera sostenible tras la destrucción que sufrió durante el huracán Wilma de 2005.
Para materializar la construcción de este proyecto que consta de 14 unidades, fue necesaria la colaboración de tres estudios de arquitectura emergentes, Kiltro Polaris, Wewi Studio y JC Arquitectura. Uniendo sus fuerzas, consiguieron hacer realidad este proyecto de vivienda, elaborado diligentemente que destaca, sobre todo, por su arquitectura cálida y minimalista, siempre en concordancia con su contexto y con la aplicación de principios ecológicos.



Aunque tradicionalmente, el área estaba ocupada por casas unifamiliares, al tratarse de una parcela recientemente desarrollada, el equipo pudo construir más alto, creando un edificio que cuenta con hasta cuatro niveles de altura. Enfrente, un espacio público también fue reactivado a través del desarrollo del área.
Utilizando métodos de construcción y materiales familiares para la mano de obra local, los arquitectos emplearon un marco y mortero de hormigón, arcilla pulida, madera y una pasta plástica decorativa en la parte superior, creando superficies suaves y texturizadas que envuelven las casas. Mientras tanto, con la piedra natural se trabajó para crear acentos suaves en los baños.
Los apartamentos tienen un diseño compacto que separa la cocina, el salón y el comedor del dormitorio con un escalón alto.


Cada unidad tiene un balcón con vista a la plaza, lo que agrega una sensación de seguridad a la plaza, afirmaron los arquitectos. Además, independientemente de su tamaño, se ha trabajado por hacer de todos ellos unos apartamentos dignos y bien iluminados, con ventilación natural y sensación de amplitud. En el tercer piso, las unidades tienen techos más altos, con entrepisos sobre los espacios habitables. El nivel del ático tiene un apartamento más pequeño con acceso directo a la piscina.
La causa de esa imagen casi pétrea es que los creadores de este proyecto, realizaron un ejercicio de creatividad para lograr reducir los costes. Una de las medidas fue, precisamente, renunciar a la pintura en favor de un material similar al yeso que se utilizó para sellar las paredes de hormigón.

El equipo de Kiltro Polaris contrastó selectivamente estos materiales más toscos con especies de madera tropical para el acabado interior y los muebles, acentos de piedra en los baños y mucha vegetación en las áreas comunes, las escaleras y los numerosos balcones del edificio. La sensación natural de los materiales y el enfoque general reducido del diseño crean un ambiente doméstico tranquilo. Al mismo tiempo, el esquema también es amigable con el medio ambiente, ya que utiliza celdas solares y sensores de movimiento, así como varias tecnologías pasivas en todas partes.


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