
En casi todos los países, la mayoría de las personas trabajan como empleados por cuenta ajena, es decir, trabajan para otras personas o una empresa. La mayoría de los trabajadores prefieren la estabilidad de un trabajo o simplemente no tienen la oportunidad de iniciar su propio negocio. Hacerlo requiere, entre otras cosas, coraje, habilidades y, a menudo, una suma de dinero como inversión.
En este mapa realizado por Landgeist, con datos de Eurostat de 2021, se puede apreciar el porcentaje de población que trabaja por cuenta propia, incluyendo a los trabajadores por cuenta propia sin empleados. Eso significa que se incluye una amplia gama de opciones de trabajadores por cuenta propia: desde un propietario de una empresa multimillonaria a un pequeño autónomo.
No hay un patrón geográfico relevante, pero parece ser un poco más bajo en los países nórdicos y un poco más alto en el sur de Europa. Grecia (26,8%), Turquía (21,3%) e Italia (20,8%) son los únicos países europeos donde supera el 20%.
Entre un 15% y un 20, ya aparecen países como Montenegro (19,1%), Polonia (18,8%), Serbia (17%), República Checa (16,4%), Reino Unido (15,9%), España (15,6%) o Malta (15,4%). Noruega tiene la tasa más baja, donde solo el 4,6% de las personas empleadas trabajan por cuenta propia. En segundo lugar está Alemania con un 8,5%, por delante de Luxemburgo (9,2%), Dinamarca (9,4%) y Suecia (9,6%).
Eurostat define a una persona que trabaja por cuenta propia como alguien que es propietario único o copropietario de la empresa no constituida en sociedad (formada en una corporación legal) en la que trabaja, a menos que también tenga un empleo remunerado que sea su actividad principal (en ese caso, se considerara empleado).
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