
El sector de la construcción en Alemania se encuentra al borde del colapso mientras su economía entra en recesión. De esta forma, a pesar de no ser el único problema que muestra el país, sí es de los más preocupantes al suponer cerca del 12% del PIB y estar implicado en la contratación de un millón de empleados.
La falta de stock de viviendas asequibles en muchas partes del país parece un problema lejos de solucionarse tras la construcción de 295.000 nuevos inmuebles en el último año. Además, esta cifra es inferior a los 400.000 anuales prometidos por el nuevo Gobierno en 2021, y queda muy por debajo de las 700.000 viviendas que la mayoría de los expertos concuerdan que serían necesarias para solucionar el problema.
Las quiebras en el sector han aumentado un 20%
A pesar de estos datos, las cifras esperadas este año son todavía inferiores, sobre todo a causa de la subida de precios de los materiales de construcción y la energía. Esto, unido a la subida de tipos de interés y a la inflación, que han obligado a las constructoras a aumentar su deuda para comenzar sus proyectos, ha provocado que muchas acaben quebrando.
Así, en los primeros meses del año, el número de compañías que se declararon insolventes aumentó alrededor de un 20% con respecto al mismo periodo de 2022, con 437 constructoras en quiebra. De la misma manera, en el último mes anunciaron su quiebra Gerch and Development Partnet, dos promotoras de Düsseldorf, Project Immobilien, en Núremberg, y Euroboden, en Múnich.
La burocracia: principal enemiga de las constructoras
Para muchos expertos, el principal problema para el sector no es otro que la burocracia. En este sentido, han destacado la ley de límites al alquiler, que regula los precios de los mismos a no más de un 10% del índice marcado para cada lugar determinado. A pesar de que dicha norma protege a los inquilinos, también ha generado un menor desarrollo de nuevos proyectos y una mayor carga para el sector.
De la misma forma, otras estrictas normativas medioambientales, que planean endurecerse más en 2025, ya han aumentado en cerca de un tercio los precios de construcción, y se prevé que todavía se encarezcan cerca de un 20% más. No en vano, la que para muchos expertos es la mejor regulación sobre insonorización y contra incendios del mundo, cada día ahoga más a un sector agonizante.
No obstante, los problemas burocráticos para el sector no se quedan ahí. Cuando se desea solicitar un permiso de construcción, se deben enviar ocho copias en papel para las autoridades, que deberán comprobar que se cumplan los requisitos. Dichos requisitos no solo varían entre las diferentes ciudades del país, sino que en muchos casos los cerca de 11.000 municipios cuentan también con normativas propias. En el caso de que se detecte algún error, el reloj se pone en marcha para solventarlo, algo que sería más sencillo si se realizara de manera digital.
Para evitar la caída al abismo, las constructoras han solicitado una relajación de las normas medioambientales, así como más desgravaciones fiscales y ayudas para soportar los elevados costes de los préstamos. Mientras, el Gobierno del canciller Olaf Scholz ha aprobado un paquete de medidas que se aprecian insuficientes, entre las que se encuentran nuevas normas de deducción y la disminución de la carga fiscal para las empresas del sector.
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