El primer ministro británico gordon brown no ha perdido el tiempo a la hora de dejar claro que para su gobierno la vivienda será una prioridad fundamental, con el lanzamiento de un plan para incrementar el número de nuevas viviendas hasta las 240.000 al año. En 2001 se registró el índice más bajo desde la segunda guerra mundial, con 130.000 unidades finalizadas, una cifra insuficiente para los más de 220.000 hogares anuales que surgirán en el reino unido en las dos próximas décadas
La falta de interés en la construcción de nuevas viviendas radica principalmente en la retirada de los poderes públicos del sector de la vivienda. En 1968, cuando el reino unido alcanzó un máximo de 353.000 nuevas viviendas, los ayuntamientos construían en torno al 40% del total. Hoy levantan menos del 1%. Por parte del sector privado tampoco hay interés en desarrollar nuevas viviendas, en parte por la escasez de suelo disponible para nuevas promociones y por otro lado por la personalidad de los compradores: la mayoría de los ingleses quieren casas no adosadas con jardín y que los desarrollos de nueva construcción se hagan lo más lejos posible de sus hogares. Kate fox, antropóloga social y autora de "watching the english", cree que esto refleja una de las características del carácter inglés: una "fobia a la masificación y una obsesión con la privacidad"
La falta de interés en la construcción de nuevas viviendas radica principalmente en la retirada de los poderes públicos del sector de la vivienda. En 1968, cuando el reino unido alcanzó un máximo de 353.000 nuevas viviendas, los ayuntamientos construían en torno al 40% del total. Hoy levantan menos del 1%. Por parte del sector privado tampoco hay interés en desarrollar nuevas viviendas, en parte por la escasez de suelo disponible para nuevas promociones y por otro lado por la personalidad de los compradores: la mayoría de los ingleses quieren casas no adosadas con jardín y que los desarrollos de nueva construcción se hagan lo más lejos posible de sus hogares. Kate fox, antropóloga social y autora de "watching the english", cree que esto refleja una de las características del carácter inglés: una "fobia a la masificación y una obsesión con la privacidad"
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